Un tema tan viejo como postmoderno, el amor, es el eje en torno al cual gira la obra de una joven dramaturga, Sara García Pereda, que sigue en cartel, después de un par de meses -y eso ya dice mucho de su excelente acogida por el público- en el madrileño Umbral de Primavera. Ellos, los que algún día estuvieron enamorados y acaso aún lo estén sin saberlo, son Nadia y Fer, Violeta Orgaz y Juan Caballero, respectivamente.
La fábula no se cuenta linealmente, sino en fragmentos del pasado y del presente, de lo vivido y lo soñado, y en varios planos (el real y el simbólico), lo cual dota a la historia relatada de una complejidad y un interés crecientes. Todo eso ha sabido identificarlo, primero, y desarrollarlo después, en un inteligente y brillante planteamiento, el director del montaje, Pablo Canosales.
Fer es matemático y Nadia pintora. Se conocen una noche y parece que ya no van a poder dejarlo nunca. Pero Fer, loco por la bici, decide un día hacer un periplo sobre las dos ruedas por el cono sur americano que Nadia no está dispuesta a secundar. Y lo que parecía tan solido, ahora se disuelve como un azucarillo en el café. Y es precisamente en una cafetería donde mucho tiempo después vuelven a encontrarse los jóvenes y, juntos, entre medias verdades y medias mentiras, tratan de reconstruir su historia que, con el tiempo, parece ya imposible volver a levantar.
La sutil escenografía, ideada por Tania Tajadura y Laura Costero, presenta sobre el suelo un cuadro de Nadia sobre el cual los dos protagonistas van marcando con trazos cada uno de los episodios que han vivido y que ahora recuerdan, por lo que el espectador tiene que permanecer atento a los constantes flashbacks para ir recomponiendo la historia. A ello contribuye decisivamente también la sugerente luz de Carlos Marcos.
Violeta Orgaz y Juan Caballero, en estupenda interpretación, se muestran ilusionados, soñadores, dolidos, decididos, dudosos, desilusionados o esperanzados en las distintas fases de la historia y contribuyen con su interpretación a hacerla creíble. La fábula, que Pablo Canosales ha condensado en una hora, encandila al espectador de principio a fin. Un montaje muy interesante que tiene, además, la virtud de reunir en él a un estupendo plantel de jóvenes profesionales del teatro que crean y proponen con la misma pasión que valentía y descaro.
'Aire siempre de viaje'
Dramaturgia: Sara García Pereda
Dirección: Pablo Canosales
Reparto: Violeta Orgaz y Juan Caballero
Escenografía y Vestuario: Laura Costero y Tania Tajadura
Iluminación: Carlos Marcos
Fotografía y Audiovisual: Carlos Ramírez
Diseño gráfico: María Costero
El Umbral de Primavera, Madrid
Todos los jueves de febrero de 2018