El presidente de BBVA, Francisco González, avanzó ayer que el consejo de administración y él mismo trabajan ya activamente en su sucesión. El banquero recordó que hace 2 años anunció que abandonaría su cargo al cumplir 75 años, algo que ocurrirá en 2019, y señaló que esos planes no han cambiado.
El presidente de la entidad, que dijo contar con un equipo "fabuloso", aseguró que no habrá "ninguna sorpresa" sobre su sustituto. En este sentido, los diarios coinciden en señalar a Carlos Torres, consejero delegado, o a José Manuel González-Páramo, consejero ejecutivo y exmiembro del comité ejecutivo del BCE.
González hizo una defensa de su legado y destacó que en sus más de dos décadas al frente de la entidad no se ha dejado nunca doblegar por la presión política. El presidente de BBVA hizo estas declaraciones en la presentación de resultados de 2017, etapa en la que el banco ganó 3.519 millones, un 1,3% más, tras haber ajustado el valor contable de su participación en Telefónica en 1.123 millones de euros. Las cuentas están impulsadas por la evolución de México y América del Sur, aunque su filial española casi triplica resultados al comparar con 2016, cuando se realizó la provisión para cubrir las devoluciones por cláusula suelo.
En otro momento, González cerró cualquier posibilidad a comprar otra entidad. "Descarto cualquier banco físico", dijo, por el coste en capital, la apuesta por la digitalización y el esfuerzo que requiere cualquier fusión. Por otro lado, los periódicos informan de que BBVA y Santander han decidido salvar la banda de precios indicativa fijada para la oferta pública con la que sacarán a Bolsa Metrovacesa y acotar también el volumen de la operación.
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