La quinta final consecutiva de Copa del Rey ya es una realidad para el Barça. Un hito jamás alcanzado por ningún otro club en toda la historia de la competición. El club azulgrana volverá a disputar la final de su competición favorita -la novena de las últimas 11-, y cerró la eliminatoria de semifinales en Mestalla gracias a un gol de Coutinho que se estrenó como goleador azulgrana y otro de Rakitic casi al final del partido (0-2).
Tras la victoria por la mínima 1-0 en el Camp Nou con gol de Suárez, los de Valverde sabían que Mestalla exigiría el máximo. En un ambiente de gala en las gradas, el Barça supo hacerse con el dominio en los primeros compases del partido ante un Valencia mucho más atrevido que en la ida. Marcelino sacrificaba su 4-4-2 habitual para jugar con un 4-3-3 con una presión elevada arriba. Los azulgranas sabrían salir de ella y llevarían el peso del partido, con un Messi a lo grande. No baja nunca el ritmo del astro argentino, creador de juego y desequilibrante ha sido un auténtico dolor de cabeza para la defensa valencianista, obsesionada en frenarlo a base de faltas, incluso sorteadas con mucha clase y brillo por Messi, capaz incluso de tirar un túnel a Gayà en medio del campo.
En la reanudación llegó un golazo de Coutinho, introducido por Valverde al descanso, goleador por primera vez con el Barça. Un gol que se ha gestado con una maniobra genial de Suárez que, tras dejar sentado a Garay, la puso al segundo palo para que el mago brasileño se estirara con todo para cruzarla exquisitamente al palo opuesto de Jaume. El gol ha hecho mucho daño al Valencia y el partido se ha teñido absolutamente de color azulgrana.
Valverde dio entrada a Yerry Mina para dar descanso al tocado Piqué y jugó sus primeros minutos como azulgrana.
Si (
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