Esta semana el mercado estaba pendiente del dato de inflación que se publicaba ayer en EE.UU. Sin embargo, finalmente fue otro dato el que tuvo mayor influencia en las decisiones de los inversores, y con ello, en el movimiento que finalmente se impuso. Y es que un dato de inflación más fuerte de lo esperado no tuvo la suficiente fuerza para contrarrestar una sorpresiva caída en las ventas minoristas en enero, cambiando con ello el foco de atención desde la inflación al crecimiento. Los precios al consumidor subieron un 0,5% en enero, por encima del 0,3% esperado y la inflación subyacente se situó en el 0,3%, su mayor avance en un año, lo que fortalece las expectativas de que la Fed pueda ser más agresiva en su política monetaria. Sin embargo, otro dato mostró que las ventas minoristas cayeron un 0,3%, lo que representa su mayor descenso en casi un año y una caída inesperada en comparación con el aumento del 0,2% que apuntaban las previsiones. Los futuros de Wall Street cayeron más de 1% tras la publicación de los datos. Una hora más tarde, el mercado bursátil en Estados Unidos abría con una caída cercana al 0,35% para luego revertir lentamente sus pérdidas y cerrar con ganancias. Este movimiento de ida y vuelta también se vivió en la cotización del dólar.