El ex president de la Generalitat Carles Puigdemont, huido de la Justicia en Bélgica, instaló su base de operaciones en una lujosa vivienda de Waterloo para continuar liderando desde el 'exilio' el procés secesionista. Ahora, ha abierto sus puertas a la televisión a modo de visita a la Casa Blanca.
'El Punt Avui' ha publicado un reportaje sobre la residencia del ex president de la Generalitat Carles Puigdemont a modo de visita turística por la Casa Blanca. Eso sí, sólo por las zonas reservadas a la actividad política de 'la casa de la república'. No esperen ver intimidades.
Es más, en el vídeo no se deja ver ni un detalle fuera de lugar. Las imágenes arrancan con Puigdemont -lazo amarillo en la solapa- charlando con su interlocutor en un despacho sobrio y luminoso. Nada cuelga en las paredes como si pretendiera dar la imagen de no querer instalarse demasiado allí.
No hay cuadros, plantas o decoración alguna en esa buhardilla, pero sí una estantería con algunos libros y recuerdos. Es el caso de la reproducción en miniatura de la urna de plástico utilizada en el 'referéndum' del 1-O que, puntualmente, el ex president enseña a cámara.
A continuación, pasan a una segunda estancia de esa misma última planta donde hay una gran mesa de reuniones y un pequeño mueble auxiliar con botellas de agua encima. En el otro extremo de este espacio, dos banderas -la catalana y la europea- encabezan la sala donde "se reúne el Gobierno en el exilio".
Para terminar el recorrido, Puigdemont posa en el lugar "donde se hacen las recepciones". Las cámaras graban mientras él conversa al teléfono moviéndose por un modesto, pero amplio salón, con butacas y sin televisor.
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