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Origen del escudo de Madrid del oso y el madroño
(Foto: Ayuntamiento Madrid)

Origen del escudo de Madrid del oso y el madroño

Por MDO
Un 20 de marzo de 1498 se le otorgaba poder a un sello que reflejaba a un oso posado sobre sus dos patas traseras para tratar de alcanzar los frutos de un madroño. Fue emitido por el Concejo de Madrid para su representación ante las Cortes de Toledo. Y en realidad, resulta no ser oso, sino osa.

En el siglo XII, ambos símbolos se encontraban por separado y eran insignias bélicas para distinguir unos caballeros de otros. Si bien, la futura aparición del conjunto simbólico recogido en un sello, proviene de la disputa entre el Clero y el Concejo de Madrid (cúpula militar y civil), que tiene origen en el año 1202.

Alfonso VIII concede a Madrid los Fueros y arranca un conflicto entre la Iglesia y el Concejo por el dominio de las tierras y su disfrute que se alargaría 20 años. Finalmente, se adoptó la solución de que el Clero se quedase con las tierras y pastos que envolvían Madrid, mientras que el Concejo sería el dueño de la caza y de los pies de árboles.

La Clerecía madrileña, creía haber salido victoriosa del acuerdo y establece el emblema de un oso pastando en un campo. Este emblema daba a entender el poder de la Iglesia y, recordaba que aunque el Concejo tuviera preferencia ante la caza de fieras, éstas se inclinaban para alimentarse de los pastos que desde aquel momento pertenecían a la Iglesia. Por entonces, el Concejo, tambíen aceptó este escudo.

Sería el 20 de marzo de 1498 cuando el Concejo de Madrid otorgaba poder a un nuevo sello que sería representado en las Cortes de Toledo y que se establecería como escudo de Madrid. El nuevo blasón mudó la imagen que el Clero otorgaba al anterior escudo en el que el oso aparecía pasante.

En este, el oso aparece erguida sobre sus dos patas traseras, alimentándose de los frutos y hojas de un madroño. El arbusto simboliza la posesión de los pies de árboles que fue concedida en favor del Concejo, pero también refleja su importancia para la construcción de una ciudad que, como el oso, comienza a levantarse. Al sello se añade además, una cinta azul, color que representa la pureza del cielo de Madrid, en la que colocarán las 7 estrellas.

El verdadero sexo

La polemica se estableció siglos después, en torno a la identificación sexual del animal. En 2007, el Consejo de Mujeres del Municipio de Madrid promovieron el reconocimiento del animal presente en el blesón, como una osa. La campaña promovía un cambio de sexo, el cual se había terjiversado a favor del género masculino a lo largo de la historia para invisibilizar el género femenino.

Por su parte, el director general por aquel entonces, del Patrimonio Cultural del Ayuntamiento, Juan José Etxevarría, aseguró que la historia del escudo "es un poco mítica y tiene poca documentación", por lo que la polémica siempre ha estado servida.


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