Una vez celebrada la reunión de la Fed, la atención de los mercados vuelve a centrarse en los temores a una guerra comercial. Ayer, el presidente de EE.UU. firmó un memorando que permite imponer aranceles de hasta 60.000 millones de dólares a importaciones de China. Según los términos del texto, será Trump quien decidirá cuáles serán las importaciones de China afectadas después de un período de consulta, lo que da la oportunidad de moderar una lista que propone más de 1.300 productos. China también tendrá la oportunidad de responder a las medidas de Trump, lo que reduce el riesgo de represalias dramáticas e inmediatas de Pekín. Trump usó un tono conciliador y dijo que veía a China como un amigo. "Hemos hablado con China y estamos en medio de negociaciones". Washington también denunciará presuntas violaciones de la ley de propiedad intelectual por parte de China en la OMC. La oficina del Representante de Comercio de EE.UU. presentará una lista de productos, principalmente del sector de alta tecnología, y luego habrá un período de consulta de 60 días antes de que las medidas definitivas entren en vigor. El embajador de Pekín ante la OMC declaraba ayer que China está preparando medidas en respuesta a los planes del presidente de EE.UU. de imponer aranceles a las importaciones desde el país asiático, aunque aún espera un diálogo. "China tiene un derecho legítimo. Pero no excluiría otras opciones porque si se aproxima una inundación tienes que protegerte”.