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La sociedad española llega a la desafección total con sus instituciones tras la sentencia de 'La Manada'
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(Foto: MDO)

La sociedad española llega a la desafección total con sus instituciones tras la sentencia de 'La Manada'

> Los ciudadanos, hartos de la corrupción política y de pronunciamientos de la Justicia como el de Navarra

viernes 27 de abril de 2018, 07:55h
La sentencia del caso de violación de 'La Manada' a la joven madrileña en los Sanfermines de 2016 ha supuesto un jarro de agua fría para la sociedad española, no sólo para las mujeres. Una decepción enorme hacia lo que se ha considerado, en líneas generales, un fallo insuficiente, indignante y que no empatiza con la agresión sexual sufrida por la chica que verá, salvo recurso a favor, cómo sus agresores salen pronto de prisión al ser condenados sólo por abuso. La sociedad española ha dicho 'basta' y llega a un peligroso nivel de desafección con sus instituciones.

Las calles llevan desde 2015 llenas de indignación. Desde el movimiento del 15-M, que supuso el divorcio de la ciudadanía con la clase política por la corrupción generalizada y la falta de conexión con los problemas reales de la sociedad en plena crisis económica, hasta el punto que hemos llegado ahora con la sentencia del caso de 'La Manada', España ha emprendido un difícil y peligros viaje del que muy pocos esperan un final feliz.

Este 2018 ha sido también el de la indignación de los jubilados, hartos de míseras subidas de sus pensiones, del +0,25% pese a la recuperación económica, el de las manifestaciones feministas, donde hombres y mujeres dejaron claro que están hartos de las discriminaciones laborales y salariales. Han pasado también cerca de 2 años de convulsión política en Cataluña, donde más allá de la deriva radical secesionista, de los presos del procés, de la evidente malversación de dinero público, hemos llegado al absurdo de ver requisar camisetas en la final de la Copa del Rey sólo por ser de color amarillo. Un absurdo que ha indignado a nacionalistas y no nacionalistas. También hemos visto en Madrid a un barrio como Lavapiés paralizado por la muerte de un vecino suyo, un inmigrante víctima de no tener papeles, no tener derechos, obligado a vender productos ilegales en el topmanta y que falleció tras años huyendo de la Policía.

Pero, sobre todo, ha sido el año marcado por una pena ínfima para los 5 culpables de una agresión sexual brutal contra una joven en un portal de una calle de Pamplona, que apenas han salido escaldados por la Justicia. 9 años y sólo sentenciados por un abuso sexual, una pena realmente muy menor ante los cargos y las peticiones de pena a los que estaban sometidos. Las calles de toda España se llenaron de ciudadanos cansados de ver un sistema judicial que no funciona y que, faltando a su nombre, no hace Justicia, con mayúsculas.

Y todo ello, la desafección de la sociedad española con las instituciones ha llegado a un nivel que ya corre peligro. Después de ver cómo una presidenta regional, Cristina Cifuentes, presuntamente obtuvo un título académico de alto rango como es un máster quizás sin ningún esfuerzo y con posibles irregularidades, de ver continuas imputaciones a políticos, de ver la absolución de la infanta Cristina sólo por el hecho de ser hermana del monarca y una leve condena a Iñaki Urdangarin de 6 años de prisión fue el colmo... sólo faltaba un fallo indignante como el de 'La Manada' para llegar al divorcio.

España corre peligro, sí. Porque si ya no se confía en la Justicia, en la Policía, en la clase política... ¿qué queda? Algunos, más dramáticos, dirán que la Revolución. O una rebelión. No haría falta ningún extremo, sino buscar la regeneración política y del sistema público. Algo a lo que se resisten también, adivinen quién... los políticos.

Los principales argumentos de los jueces en la sentencia de 'La Manada'

Diferencias entre el abuso sexual y la violación

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