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Por qué Rajoy debe adelantar elecciones cuanto antes

> Editorial: Tribuna Crítica

lunes 14 de mayo de 2018, 09:41h
Por qué Rajoy debe adelantar elecciones cuanto antes
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(Foto: Pool Moncloa)

Acorralado, minado y desgastado. Así está Mariano Rajoy a estas alturas de 2018, casi dos años después de las anteriores elecciones generales. Le costó formar gobierno, consiguiendo un inestable apoyo de Ciudadanos. Pero hoy en día ese partido es su principal rival en las urnas y no tiene mucho sentido ver cómo sólo puede ser sostenido por una formación que desea más que nunca su caída.

Rajoy debe adelantar elecciones cuanto antes por dos razones principales: por el bien del país que tanto dice amar y por el que dice pensar antes que nada, y también para ordenar las cosas en su propio partido. El PP debe renovarse y cambiar las cosas en las encuestas, algo que queda patente que no conseguirá continuando por la misma senda, sin recambios en la cúpula y con continuos casos de escándalos como el reciente de Madrid, con la caída de Cristina Cifuentes. No se puede, por salud democrática, celebrar una convención como la reciente de Sevilla aplaudiendo y vitoreando a una presidenta regional que cae en unos pocos días después apartada como una apestada por casi todo el partido.

Y sin duda que los grandes beneficiados de unas nuevas elecciones serían los propios españoles. El PSOE, otro partido también necesario para la sociedad, debe aclarar sus posicionamientos. Fijar como criterio fijo si su aliado puede ser Ciudadanos o puede ser Podemos. Pero tristemente no puede enviar ese mensaje tan dispar a su electorado: o el liberalismo o el proteccionismo de izquierdas. O reforma laboral hacia el modelo norteamericano o un abrazo a las teorías más socialistas. Pedro Sánchez ganó la guerra interna, pero no ha conseguido dar una impronta a su partido y eso se nota en las encuestas.

Luego está Podemos. O Unidos Podemos. O Unidos Podemos más sus confluencias gallega, catalana y valenciana. Los de Pablo Iglesias y sus socios apenas están comenzando a levantar la cabeza, y ni siquiera igualan en los sondeos los resultados que obtuvieron en las urnas en 2016. Temen en su partido que hayan tocado techo y que nunca superen esos rangos de apoyos del 21% o 22%, siendo optimistas.

En cambio, todo es optimismo en Ciudadanos, que ya podría acercarse al 30% de votos según Metroscopia y su encuesta publicada en 'El País'. Las malas lenguas dicen que es un sondeo, como otros anteriores suyos, de puro marketing político. Una especie de 'favor por favor', ganándose así a un partido por el que apuesta para gobernar en 2020 o quién sabe si algo antes. Sin embargo Albert Rivera no puede continuar con su martillo de Thor. Una cosa es ganar encuestas y otra gobernar un país tras imponerse en las urnas. Luego no valdrán los discursos propios de otro tiempo, y los españoles que les votan no deberían desear que se impongan sus teorías en aquellas regiones que mantienen un sentimiento nacionalista, tales como Cataluña o País Vasco. Visualizar a Rivera en Moncloa con su actual discurso es también visualizar un conflicto continuo, impropio de estos tiempos. España y los españoles deben enterderse y hablar entre distintos, pero el programa de Ciudadanos hace parecer suave la postura del PP sobre Cataluña y la aplicación del artículo 155, por ejemplo.

Pero no olvidemos el tema principal que tratábamos: el relevo de Rajoy, cada día más necesario. No puede continuar dos años más un presidente sin apoyos, o con apoyos débiles y tan problemáticos como hemos visto para aprobar sus Presupuestos, que en el fondo están todavía algo en el aire. En esa encuesta de 'El País', que hoy es la estrella del día, la mayoría de los encuestados quiere que Rajoy ponga fin a su mandato y el 63% de los votantes del PP clama por un relevo en la presidencia. Quieren un cambio y que Rajoy no sea el candidato. Pero, entonces, ¿quién? ¿Soraya Sáenz de Santamaría? ¿Alberto Núñez Feijóo? ¿Cospedal? ¿Casado? ¿De la Serna? ¿En serio que estamos preguntándonos eso? Ninguno está a la altura. Y la respuesta, en realidad, la tienen clara en el electorado de centro-derecha: el candidato ideal para ellos es, se llama... Albert Rivera.

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