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Fandi y López Simón pasaron casi de puntillas

Ajustado natural de Ureña a su primer toro
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Ajustado natural de Ureña a su primer toro (Foto: Plaza1)

San Isidro: oreja de peso para un Paco Ureña que hizo el toreo

Sólo una oreja del quinto para el lorquino por no rematar con la espada su excelente faena al segundo

martes 15 de mayo de 2018, 22:23h
Hacer el toreo. Casi 'na'. El toreo 'güeno'. El que aúna verdad, calidad y sentimiento. Algo muy difícil y que pocas veces dusfrutamos los aficionados. Pero de vez en cuando, como cantaba Serrat, "la vida te besa en la boca" y acontece el milagro. Como este martes en Las Ventas con un gran Paco Ureña de oficiante, al que, una vez más, sus fallos con la tizona le cerraron la Puerta Grande, aunque sí echó en su esportón una oreja de las de auténtico peso. Con un encierro desigual, en el que destacó el segundo, 'Cuba II', de Puerto de San Lorenzo, completaron la terna López Simón y Fandi, que estuvieron voluntariosos.

Paco Ureña repitió en 'su' plaza de Las Ventas una película que ya hemos visto, pero que no nos importa degustar las veces que sean necesarias en estos tiempos de mediocridad y de coletudos crónicos: la de parir a raudales el toreo verdadero con el que ahoga los corazones de los espectadores. Pero el film no alcanzó el final feliz deseado por el lorquino y por el cotarro, ya que de nuevo marró a espadas y no descerrojó la Puerta Grande.

Tampoco fue un final malo, sino agridulce, porque más allá del balance estadístico de un sólo trofeo, éste es de los que se recuerdan y aumentan la cotización -al menos la moral, no sabemos si también la económica, nos tememos que no- de su autor. Y es que Ureña ya se hizo protagonista en su turno de quites al que abrió función, con el que El Fandi anduvo entregado pero vulgar con capote y banderillas -fallando incluso en su especialidad del violín- antes de molerlo a trapazos con la flámula.

Y es que el murciano llevó a cabo un quite por ajustadísimas gaoneras de escalofrío, que fueron algo así como el aperitivo gustoso del ramillete de verónicas durmiendo la embestida de un toro encastado, 'Cuba II', que remató con una barroquÍsima media. Y que repitió casi a identico a nivel en el posterior quite. El burel iba y venía con codicia a la muleta de Ureña, que sin una sola ventaja le dio fiesta primero a distancia y luego en dos series de redondos templados y ligadísimos.

Aunque lo mejor vendría después, al natural, siempre con la verdad por delante en la colocación y con profundidad oceánica, siempre cargando la suerte y quedando en el lugar exacto para el siguiente pase, de nuevo con la pierna contraria adelantada. Ureña, ya en trance, volvió a la derecha y concluyó con un par de trincherillas mirando al tendido. Mas esa maldición que parece perseguirle en la cátedra con la tizona, le llevó a ensamblar cinco pinchazos antes de la estocada final y la oreja se esfumó.

Diferente fue la catadura del mansazo que hizo quinto, con el que volvió a lucirse a la verónica, y al que a base de pisarle otra vez terrenos comprometidos y consentirle que las guadañas le pasaran muy cerca, le fue cambiando su condición de abantote a la de manjeable. Sin llegar a alcanzar el nivel de la anterior, a la labor de Ureña le sobró un exceso de preocupacion y manierismo por la pose. Lo que no fue óbice para que volviera a emocionar con sus manoletinas jugándose la femoral y una improvisación de adornos como remate antes de, ahora sí, enterrar la espada a fuer de llevarse un revolcón y una oreja de calado.

Lo malo para el compañero del lorquino que le toca actuar después es que, salvo que borde el toreo de verdad, el público, con su alma estremecida, aún guarda en la memoria los pasajes 'ureñescos'. Y tal ocurrió con López Simón, que anduvo ortodoxo pero sin hondura en el tercero y tampoco supo meter en la pañosa al descastado último porque no se atrevió a pisarle los terrenos en los que el de Lorca es feliz.

Figuras que vetan al lorquino

¡Manda huevos! que en estos mediocres y posmodernos tiempos, ser un buen torero, como Ureña, sea problemático, en vez de un factor positivo en cu carrera. De ahí que las figuras, figuritas o figurones -que llegan ya este miércoles- no quieran hacer el paseíllo con él en los cosos de mayor compromiso. Ni siquiera su apoderado, Simón Casas, que es a la vez empresario de Madrid, ha conseguido anunciar a su pupilo con las figuras, figuritas o figurones. Pues Ureña repetirá en el ciclo isidril otra vez con López Simón -viva la imaginación al confeccionar los carteles- y Juan Bautista el 25 de mayo, y su tercera actuación será para cerrar feria el 10 de junio frente a los victorinos junto a Escribano y Emilio de Justo. ¡Manda huevos!

Además del coletudo protagonista en esta octava del abono, es menester incluir los excelentes pares de banderillas de los subalternos de López Simón que responden a los nombres de Vicente Osuna, Yeco Álvarez y Jesús Arruga (a pie) y Tito Sandoval (a caballo). Por supuesto, mucho mejores que los de Fandi, que tampoco brilló con las avivadoras ante el descastadísimo cuarto con el que abrevió en la muleta, lo que se le agradecerá eternamente.

FICHA

Toros de PUERTO DE SAN LORENZO, de buena presencia general, justos de fuerza y manejables con 2º bravo y encastado y 4º descastado. EL FANDI: silencio; silencio. PACO UREÑA: ovación tras aviso; oreja. LÓPEZ SIMÓN: palmas tras aviso; silencio tras aviso. Plaza de Las Ventas, 15 de mayo, 8ª de abono. Casi lleno.

Crónica del festejo anterior

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