La crisis por el lujoso chalet que se han comprado Pablo Iglesias e Irene Montero va más allá de las apariencias. Aunque públicamente todo son apoyos y argumentos a favor de que una pareja pueda comprarse la vivienda que quieran para construir su "proyecto familiar", internamente poco se ha entendido este gesto de lujo y ostentosidad por parte del máximo dirigente de Podemos y su pareja, portavoz parlamentaria del partido en el Congreso.
Existe la crisis interna y van creciendo las voces críticas a la pareja. Nadie olvida dentro cómo se erigió la imagen personal y política de Iglesias para convertirle en un líder nacional y sus declaraciones contra los políticos que se compraban mansiones semejantes a la que ahora ha adquirido en Galapagar, un municipio a 40 kilómetros de la capital y que además abre interrogantes sobre la disponibilidad física de Iglesias en sus compromisos y su agenda diaria. Nunca un líder político nacional había vivido tan lejos de Madrid en plena etapa de máxima actividad profesional.
"El rollo de los políticos que viven en chalés y se aíslan", era lo que criticaba Iglesias en las televisiones y otros medios hace años. Ahora se ha convertido en esa "casta" que criticaba. Tampoco ha ayudado a mejorar la imagen de esta controvertida adquisición inmobiliaria el hecho de que Irene Montero no despierte demasiadas simpatías entre la ciudadanía o los propios medios.
Ayer, en el Congreso, dio unas torpes y tensas explicaciones sobre la compra del chalet. Visible y notablemente nerviosa, Montero no dejó de repetir una frase como si de un mantra se tratase: "Si pienso que un ministro o un ministro debe comprar viviendas para vivir y no para especular, lo pienso y lo seguiré pensando", decía continuamente ante las preguntas reiterativas. Todos entendieron que se refería de nuevo a las palabra que hace años dijo Iglesias sobre Luis de Guindos, por entonces ministro de Economía de Rajoy, quien se había comprado una vivienda valorada en 600.000 euros y lo criticó el líder de Podemos.
Entonces, preguntada Montero sobre si con esta frase se refería a que De Guindos o cualquier otro ministro compra casas para especular, se contradijo al momento y negó esas referencias: "No he dicho tal cosa", dijo, provocando más estupor si cabe entre los periodistas que atendías sus explicaciones.
De momento, ningún miembro de Podemos se ha manifestado en contra en público, ya sea en medios o redes sociales. Tampoco ningún dirigente de Izquierda Unida, su aliado político en el Congreso. Pero el silencio sobre este tema de líderes como Alberto Garzón se está interpretando como una falta de apoyo más que explícito.
Viviendas en Galapagar más baratas que cumplen las condiciones de Pablo Iglesias e Irene Montero
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