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Un periodista catalán en Las Ventas por San Isidro

domingo 20 de mayo de 2018, 22:59h
Cuando uno se acerca a las Ventas se juntan los apretujones, los guardias urbanos administrando el tráfico y pasos de peatones, y la gran explanada contigua a las plaza, donde puedes comprar cualquier suvenir taurino (capotes, banderillas, carteles…). Algo que está prohibido en Cataluña, o en Barcelona (cuando todavía había corridas de toros).

En la puerta de arrastre- y en otras- suele estar un señor con cara de cabreado, que sólo atiende a normas y a órdenes estrictas…Cada vez que una persona traspasa con su entrada el franqueo a la Puerta de Arrastre, le dice: “¡uzté no puede entrar hasta las seis dentro”!…El problema es que lo repite veinte o treinta veces, tantas como aficionados que entran uno a uno a la catedral taurina venteña.

¿Costaría mucho un cartel que pusiera: “la entrada da acceso a la Puerta de Arrastre, pero no se puede entrar al recinto interior hasta las 6)?. Ah!, pero no crean que es ”hora aproximada”, y ni se les ocurra una vez dentro, pedir entrar al pasillo para ir al baño, tomarse un café o disfrutar de las fotos que adornan las paredes de la plaza. Son como los árbitros: “ a las 6: faltan 2 minutos”- indica un funcionario con camisa azul, al aficionado despistado…

Tras el trasiego de almohadillas, tropezones involuntarios entre los aficionados por los pasillos, y gente agolpada en las barras interiores, llega el sosiego de la sala de prensa: visión por televisión de la previa, y encuentro con queridos compañeros. Pero el nerviosismo se acrecienta cuando sobrepasan las 17.3º: hay que subir al palco a través de dos escaleras- cada una en la otra punta- para aposentarse en la localidad.

Allí, aunque el toro se divisa pequeño y diminuta la figura del torero, tienes la comodidad de un respaldo, e inclusomesita plegable para tomar apuntes. ¡Uno que recuerda lo que no había en la Monumental de Barcelona!!: allí bastaba un despacho cutre con fotos en blanco y negro y una decimonónica máquina de escribir…para los empleados de Balañá…

Alegría

Volviendo a Barcelona, los niños no podían entrar a la plaza que vio crecer a sus padres, por la normativa prohibicionista de los políticos nacionalistas e independentistas (ahora gobernados por un racista xenófobo…). Por ello, reconforta encontrarse la tarde del viernes 18 a una simpática y coqueta niña de ocho años, de nombre Alegría que ocupaba ufana uno de los asientos del palco junto a nuestro compañero Iñigo Crespo, y vigilante su padre en la fila de atrás.

Su torero preferido, nos cuenta, es Roca Rey, dice que no le dan miedo los toros (ni las cogidas), y que sus amigas del colegio “no son aficionadas”.Todo ello con monosílabos, pero no se pierde ripio de lo que pasa, alentada por su padre, el sr. Romero.

Mucha más atención, por cierto, que en el palco de la derecha donde entre toro y toro corren los canapés y vasos de whisky. No es aconsejable preguntarles por el diestro que está lidiando, pues corres el riesgo que lo confundan con el anterior. Y menos, si sale un sobrero, inquirirles si es de la misma ganadería titular: “no saben, no contestan”….

Y es que en Las Ventas, se juntan los aficionados cabales de toda la vida, normalmente suelen estar callados y decir lo mínimo; otros- también aficionados- que vienen desde distintas zonas de España; los intransigentes del 7 con el pañuelo verde en el bolsillo, que en la feria han visto cómo un toro al que pedían su devolución, fue luego extraordinario en la muleta. Todo un día trabajando, y hay que desahogar las frustraciones...

Y como no, “los del clavel”, que son inconfundibles: traje impoluto, corbata rosa,pañuelo en la americana y agitarde mano que deja libre el móvil, saludando al amigo que se encuentra en otro tendido. Y si le enfocan las cámaras…¡la felicidad es plena!.

Otro aliciente es que te puedes encontrar aficionados de otras latitudes, como el matrimonio mexicano: D. Alejandro y Conchita, que fueron a ver a su compatriota Luis David Adame, que están de visita en la capital durante once días. El señor incluso se ha “placeado” como aficionado práctico en su país, y rememora las tardes de su ídolo Manolo Martínez o Jorge Gutiérrez. Sólo se queja con amargura de “ un comentarista que no trataba bien a los toreros mexicanos…”.

Momentos

De lo visto por este reportero en tres tardes venteñas se quedaría con la torería improvisada de Talavante, “el nuevo Ferrera”, con su maestría, aunque abusando de las posturas, especialmente inoportunas frente al mortecino cuarto, de Núñez del Cuvillo. El jueves un mexicano que se la jugó: Luis David Adame, y el amor propio y mentalidad de espíritu de triunfo de Roca Rey la tarde del viernes, aunque no lo alcanzara, en gran parte por la decepción del encierro de Jandilla.

Pero lo importante es que en Las Ventas el público es soberano, te encuentras con opiniones para todos los gustos que puedes comentar y contrastar en el patio de arrastre o en los múltiples bares taurinos que se encuentran en los alrededores del coso madrileño…


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