La estación de Ramón y Cajal está de estreno. A partir de hoy, contará con un módulo prefabricado que dotará de tornos al acceso que no los tenía. Este prototipo es el primero que se instala en España, aunque el Ministerio de Fomento asegura que pronto se extenderá a otros puntos de la red sin control de entrada. Con esta iniciativa comienzan los trabajos para reformar integralmente el apeadero.
La estación de Cercanías de Ramón y Cajal se convertirá en algo más que un apeadero desfasado a las puertas de uno de los hospitales de referencia de España. En 16 meses "a contar desde hoy" se someterá a una reforma integral, tal y como ha anunciado este miércoles sobre el terreno el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna.
Sin embargo, la primera fase de esta rehabilitación ya es visible y tiene repercusiones directas en los 14.700 pasajeros que usan estas instalaciones cada día. O, al menos, en los que hasta ahora no pagaban. ADIF y Renfe han instalado un módulo prefabricado con tornos y máquinas expendedoras de billetes en una de las dos entradas a la estación, la que hasta ahora no tenía ningún control de acceso y que emplean los pasajeros que viajan al norte.
Por todo el país
Este es el primer prototipo de estas características que se instala en la red viaria de corta distancia en España y, si funciona -"que va a funcionar", ha asegurado De la Serna- se extenderá a otros puntos con el mismo problema.
"Va a formar parte del paisaje de la ciudad y de los municipios de Madrid", ha aventurado el flamante portavoz del Gobierno regional, Pedro Rollán, presente en el acto. La caseta, que permite instalarse con "mucha rapidez", ha costado 100.000 euros, según ha informado el ministro. No obstante, Fomento confía en que su producción en serierebaje el precio.
Tres problemas y año y medio por delante
Ramón y Cajal, en el barrio de Valverde, forma parte de las líneas C3, C7 y C8 de Cercanías. Pese a que da servicio a algo más de dos millones de usuarios al año, presenta tres problemas fundamentales, a ojos de Fomento: la mencionada "inexistencia" de controles de acceso, un "deterioro general" y la "falta de accesibilidad". La segunda fase de la rehabilitación apunta, por tanto, a la resolución de estos dos últimos aspectos.
En la actualidad, la estación cuenta con un edificio de viajeros, dos vías y dos andenes comunicados por un paso inferior al que se accede por unas escaleras fijas. Por si fuera poco, ofrece una dificultad estructural: está ubicada en una curva muy pronunciada y con un importante peralte, como ha reconocido el ministro.
Con esta inversión incluida en el Plan de Cercanías se quiere renovar en los próximos 16 meses el edificio de viajeros -en el que tienen su sede sindicatos médicos, al ser una infraestructura propiedad del hospital- con nuevas iluminaciones, marquesinas y cerramientos. Además, se instalarán dos ascensores, se acondicionará la rampa de acceso y se ejecutará un nuevo andén que 'enderece' en la medida de lo posible la curvatura para evitar la distancia "excesiva" que se crea con los trenes.
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