Un día después de que la mayor liquidación de deuda a corto plazo en Italia en 26 años aumentara las preocupaciones sobre la capacidad de financiación del país, el Tesoro italiano pasó ayer la prueba de una subasta de bonos a 5 y 10 años con relativa facilidad. Los precios estuvieron cerca de los del mercado secundario, por lo que no hubo necesidad de pagar una elevada prima, lo que es, sin duda, una señal alentadora tras el terremoto que se vivió en el mercado en la jornada anterior. Y mientras Italia renueva los intentos de formar Gobierno y terminar con la agitación política, desde el BCE se señala que la institución no está considerando adoptar ninguna medida de intervención, porque los indicadores aún no muestran señales de estrés entre los bancos. Los costes de endeudamiento aún están a la mitad del nivel que alcanzaron durante la crisis de deuda de la eurozona en 2010-2012, los depósitos bancarios están estables y no hay indicios de estrés en el mercado de préstamos interbancarios. "Ningún banco central actuaría a raíz de eventos de unos pocos días", señalan desde la institución europea. Además se apunta que el BCE no tiene herramientas o mandato para resolver lo que en esencia es una crisis política. Con la atención centrada en Italia y la zona euro, los datos macro están teniendo poca influencia en los mercados. Ayer, en EE.UU se revisó a la baja el crecimiento del PIB en el primer trimestre al 2,2% desde el 2,3% inicialmente anunciado.