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El pseudo Gobierno vasco

viernes 15 de junio de 2018, 10:05h

Un antiguo parlamentario que vivió intensamente el encierro de los trabajadores de Nervacero en 1980 me llamó para añadir a lo que escribí hace quince días tres hechos: La sentada de Periko Solabarria en el sillón del Salón del Trono de la Diputación como Pancho Villa en la Silla del Águila en el Palacio de Chapultepec. Pena de foto. La cuantiosa factura que recibió la Diputación de Bizkaia con las llamadas que alguien durante el encierro había hecho a Cuba y los 700 afiliados del PNV que se plantaron ante el Palacio y que fue el detonante para que el encierro acabara. Queda dicho.

Y ahora me voy a tres años después, 1983, porque quiero recordar estas historias que molestan tanto a algunos. Y es que no me da la gana nos den clases de ética, cumplimiento de la palabra, visión de la jugada, y defensa de la democracia, los que como el pollito del cuento, cada pasito de ellos era una cagadita.

Ese año era yo parlamentario por Bizkaia en el balbuciente Parlamento Vasco El lehendakari Garaikoetxea me había encargado comenzar a sentar las bases de aquel gobierno en la acción exterior y un día me llamó para pedirme le organizara un viaje nada menos que a Panamá, Venezuela y Colombia. Tenía su explicación. Visitar a las colectividades vascas tan bien atendidas en el pasado por los Lehendakaris Aguirre y Leizaola y no estar presente en los actos de las Fuerzas Armadas en Burgos (pertenecíamos a la VI Región Militar) que coincidía con el MC fundación de la ciudad, capital franquista de su sublevación militar y primera visita de los reyes.Un acto de exaltación patriótica del tipo Marta Sánchez multiplicado por diez.

Tenía que hacerlo sin contar con los embajadores españoles y solo dándoles entrada al final con ya el programa hecho y para eso apelé a mi ángel de la guarda. En Panamá teníamos la bendición del Nuncio José Sebastián Laboa que como decano del cuerpo diplomático nos abrió todas las puertas y el Palacio de las Garzas donde el presidente Ricardo de la Espriella nos ofreció un almuerzo interesantísimo, pues Noriega desde su Guardia Nacional, lo vigilaba todo. En Caracas, logramos juntamente con la colectividad que el gobernador del Distrito Federal le invitara oficialmente y le hicieran hijo predilecto de la Sultana del Ávila (Caracas) ciudad donde los presidentes Caldera y Herrera Campins se desvivieron. Y en Bogotá, en el Palacio de Nariño, el presidente Belisario Betancourt nos recibiera y contara sus planes para un incipiente proceso de paz gracias a aquel hombre fantástico llamado Francisco de Abrisketa que con su Sociedad Bolivariana ponía a todos firmes. Hecho el programa y para que no nos lo circuitaran tuve que negociar con los embajadores que lo asumieron y no pusieron mayor inconveniente salvo abrir la boca con admiración al ver el poderío de aquellas colectividades vascas con tantos contactos. Y tanta entrada.

Todo transcurrió a la perfección, el lehendakari parecía un jefe de estado y el programa se cumplió exquisitamente logrando un gran impacto salvo en Caracas donde tuvimos el lunar negro del Comité de Apoyo a Presos y Refugiados Vascos. Hay que decir que en 1977 habíamos ido a las elecciones, entre otras cosas, para lograr una ley de amnistía que vació las cárceles y que ETA llenaba como consecuencia de un muerto cada tres días en 1980. Haber ido a aquellas elecciones y registrado en marzo al PNV nos costó una catarata de adjetivos donde el de traidores era el más suave.

Este Comité no se conformó en molestarnos sino emitió un comunicado que hizo público en ruedas de prensa, anuncios pagados en periódicos y radio. Decía así:.

“EL Comité de Apoyo a Presos y Refugiados Vascos de Venezuela, ante la visita que por estos días realiza a este país el Presidente del llamado Gobierno Vasco, Señor Don Carlos Garaicoechea, se ve en la necesidad de precisar y dar a conocer al pueblo de Venezuela y al conjunto de la Comunidad Vasca residente aquí, su punto de vista acerca de este acontecimiento.

Ante la visita del representante de una institución tan controvertida para nuestro pueblo como lo es el Gobierno Vasco, no podemos menos que puntualizar y aclarar el significado que para un amplio sector de los vascos y, por supuesto, de la comunidad residente en Venezuela, tiene dicha institución:

1.- El actual Gobierno Vasco sólo ejerce sus limitadas atribuciones sobre tres de las cuatro provincias que componen Euzkadi Sur (País Vasco del Estado Español), dejando fuera de su ámbito la provincia de Navarra, cuna de nuestra patria, legitimando así una división nacional a todos fines inaceptable.

2.- Este Gobierno y su Presidente son fruto de un proceso de institucionalización abierto por una Constitución rechazada por la mayoría del Pueblo Vasco y un Estatuto de Autonomía que, aparte de contar con unas atribuciones meramente decorativas y considerablemente recortadas por la reciente LOAPA (Ley Armonizadora), niega el elemental derecho a la autodeterminación y condena nuestra lengua al mayor de los ostracismos.

3.- Como consecuencia de ello, la lucha del Pueblo Vasco que en gran medida ese pseudo Gobierno parece ignorar, es respondida aún bajo el nuevo Gobierno español del PSOE, con medidas policiales. Prueba de ello es la constatación de más de 160 casos de denuncias por tortura con el actual poder de Felipe González, los más de 500 presos políticos vascos y miles de refugiados que alejan toda posible solución política al llamado “Problema Vasco”.

4.- Finalmente este Comité quiere hacer constar, por si el Señor Garaicoechea no lo incluye en su “cartera de trabajo”, que la Embajada Española sigue negando a numerosos vascos la concesión de pasaportes para poder desplazarse por cualquier país (derecho a la libre circulación mundialmente reconocido)”.

Hasta aquí esta perla que estaba adornada con la fotografía del Lehendakari. Es decir, tratar de hacer el mayor daño posible menospreciando una institución que se ponía en marcha con todas sus debilidades y con la oposición beligerante de la Izquierda Abertzale a la que no importaban nada los crímenes de ETA y que para ellos era :”institución tan controvertida”, ”limitadas atribuciones”, ”legitimando que Navarra estuviera fuera”, ”pseudo gobierno”, ”condena de nuestra lengua al mayor de los ostracismos”, ”el llamado Gobierno Vasco”… Medias verdades manipuladas.

Como es normal se nos preguntó por ello y les dijimos que con el tiempo aceptarían la evidencia y rectificarían, como así lo están haciendo a hurtadillas pero para que no se note demasiado lo tienen que hacer diciendo que PNV es el culpable de todo, hasta de romper la palabra de vasco, cosa que al parecer no les deja dormir, como acabamos de ver.

Por eso sonreí la semana pasada cuando Arnaldo Otegi protestaba por la elección de Pedro Sánchez de un ministro del Interior como Grande Marlasca que le había encarcelado en dos oportunidades y le había puesto los pelos de punta como dijo y tras escuchar de la Sra. Beitialarrangoitia las lindezas que proclamó en pasillos del Congreso con ese aire solemne que le da a todo. Y sonreí porque hacía tan solo cuatro días habían votado la moción de censura que abría las puertas de La Moncloa a esos nombramientos a Pedro Sánchez, sin que sus votos tuvieran la menor importancia ya que Sánchez obtuvo 180 votos y la mayoría estuvo en 176. Lo lógico, siguiendo sus discursos contra el corrupto socialismo del Gal, hubiera sido una abstención. Pues no. Votaron si a la moción y Sánchez sin consultarles había elegido a Grande Marlasca.

Siempre digo que este mundo, tan terriblemente acomplejado, acierta cuando rectifica y que es bueno hagan política y que se equivoquen haciéndola como nos pasa a los demás. Lo malo es su aire de superioridad moral y de perdonavidas hiperabertzale que pretenden nos lo creamos. Por eso hay que contar estas historias aunque nos tilden de abuelos Cebolletas. Y es que al abuelo Cebolleta estas gentes no le engañan y éste solo pretende que la gente interesada se dé cuenta que si por ellos fuera estaríamos todos con una pancarta en las cimas del Gorbea y del Aitzgorri lanzando irrintzis, mientras de verdad el euskera se perdía, en Navarra no habría una reconducción de la historia y esta vilipendiada autonomía coja y escasa sea la envidia y la preocupación del radicalismo español, tan romo, pueril e infantil, como peligroso, como esgrimen los hijos de Covadonga que no quieren se rompa España y son lo más parecido a ellos en su radicalidad del todo o nada. Menos mal que esta gente solo acierta cuando rectifica.

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