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Derecho a decidir, Cataluña

lunes 23 de julio de 2018, 13:34h

Los catalanes independentistas, supremacistas, parten del principio de que un referéndum es de obligado cumplimiento como es el caso del de 1ºO 2017, olvidando que solo se puede aplicar a todo el cuerpo electoral español, y no solo a una parte del territorio. No solo porque así lo obliga la Constitución Española de 1978, sino por el hecho histórico de que la nación España, no existiría sino estuviera incluida Cataluña, que es a su vez una nacionalidad, pero no nación.

De hecho, siendo yo presidente del Comité Organización de la UCD en 1977, esta fue una de las causas, de mis desacuerdos con el Presidente Adolfo Suarez, pues yo creía que debía existir, un cuerpo común España con dos o tres autonomías (regiones autónomas), Cataluña, País Vasco y Galicia. Pero, su opinión, que finalmente prevaleció fue de “café para todos” creando 17 minifundios, que se apresuraron a reproducir la supraestructura del Estado: presidente del Gobierno y su corte, Parlamento etc. etc., pero sin quitar las anteriores estructuras, como las diputaciones. Así pasamos de un millón de funcionarios, a algo más de tres en 2017, 3.074.700 con un coste de masa salarial de 122.171 millones de euros. Enorme gasto público de las 17 Taifas.

Hablemos del derecho a decidir: cuando divides la población por sexo, edad, profesión, territorio, o nivel de ingresos, por ejemplo, no tienen derecho a decidir a través de un referéndum, es más, a nadie se le ocurriría, pues iría en contra de la igualdad entre los españoles y crearía injustas discriminaciones, que irían contra el concepto de democracia a través del sufragio universal, ¡con lo que ha costado conseguirlo en nuestro país!, tras cuarenta años de dictadura.

Pensemos en el libre albedrio, al que todos tenemos derecho cuando se trata de decisiones individuales, pero no así de las colectivas, pues no podemos decidir por otros, de hecho, perdemos el derecho a decidir cuando lo intentamos como lo han hecho los catalanes, ya que su derecho a decidir lo basan en la sociología histórico política, que a su vez divide a la sociedad en dos tipos de personas, los liberales y los marxistas, que a su vez provienen de las doctrinas de Hobbes “el hombre es un lobo para el hombre y de Rousseau “el hombre nace bueno por naturaleza, es la sociedad quien lo corrompe”. De forma que siendo liberales como soy desconfió de los derechos colectivos, especialmente de los comunistas y de los populistas que vienen a ser lo mismo, pues para implantarlos, hay que hacerlo por la fuerza, fracasando como Hitler, Stalin o Pol Pot, los populistas como Puigdemont, fracasaran, como ya lo han hecho en que es un evadido por incumplimiento de las leyes que nos atañen a todos los españoles.

Los catalanes que le siguen, en el fondo odian a España, de la que forman parte y viven de la utopía de una Arcadia feliz, que la aplican a una Cataluña independiente, que no solo no le conviene a Europa. Sino que a ellos tampoco, la huida en masa de sus principales empresas y la esquizofrenia instalada entre las familias y, los amigos, y en el fondo, en más de la mitad de los catalanes que pueblan esa tierra, cerca de dos millones querían votar el 1ºO, más de un millón salieron a la calle en Barcelona el 8 de octubre colapsando la ciudad con banderas españolas y cantos de “yo soy, español, español….,a la vez que en todo el territorio nacional, los balcones se cubrían de banderas, que antes no lo hubieran hecho por no ser llamados fascistas, por ser la bandera símbolo también del franquismo, pero esta con un águila.

La guerra de símbolos sigue cuando el Tribunal constitucional, imputa e intenta juzgar a los líderes independentistas, por rebelión, prevaricación y malversación, escapando varios entre ellos el más culpable Puigdemont, enredándose, la extradición por no cumplir los países europeos con la “euroorden”, a partir de ahí lacitos amarrillos y cruces para reactivar el independentismo, ¿Cuál es el problema? Que los catalanes se creen superiores, incluso a los mallorquines como yo, a lo que llaman Paisos catalans. Históricamente, catalán significa castellano, Barcelona fue un condado como Rosellón y Cerdaña en Francia dentro del Reino de Aragón, que a su vez creó los Reinos de Valencia y de Mallorca de lenguas parecidas, todos unidos por el matrimonio de Isabel de Castilla con Fernando de Aragón, los Reyes Católicos, origen del imperio español con la Casa de Austria, hasta la guerra de Sucesión a Felipe IV, con el Borbón Felipe V. y el pretendiente Carlos de Austria, donde los catalanes se decantaron inicialmente por Carlos.

Al morir Carlos II de España sin sucesión en 1700, Carlos de Austria se proclamó a sí mismo Rey de España. ​ Esto originó la Guerra de Sucesión Española durante la cual se enfrentó al aspirante francés Felipe, duque de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia. Esta guerra se prolongaría 14 años. Luis XIV de Francia quiso evitar la reintegración del antiguo bloque hispano-austríaco, de modo que auspició un Primer Tratado de Partición por el que asignaba el Reino de España —salvo Guipúzcoa—, los Países Bajos españoles, Cerdeña y las Indias Occidentales a José Fernando de Baviera. El Milanesado pasaba al archiduque Carlos de Austria, mientras que el Reino de Nápoles (Nápoles, Sicilia y La Toscana) sería para el Delfín de Francia. En desacuerdo con ese pacto y con el fin de evitar la disgregación de los dominios de la Corona de España, el rey Carlos II de España, sin descendencia, optó por no aceptarlo y nombró heredero universal al príncipe José Fernando de Baviera que murió prematuramente.

El acuerdo convenía a los intereses de Francia, Holanda e Inglaterra, que evitaban una nueva supremacía de España, pero Austria reclamó la totalidad de la herencia española. Como solución de compromiso, Carlos II, con el apoyo del Papa, testó a favor de Felipe de Anjou, delfín de Francia, quien a su vez tenía que renunciar a la sucesión de Francia. Heredando la corona Felipe V de España, llamado «el Animoso» (Versalles, 19 de diciembre de 1683-Madrid, 9 de julio de 1746), fue rey de España desde el 16 de noviembre de 1700 hasta su muerte en 1746.Como bisnieto de Felipe IV, fue el sucesor del último monarca de la Casa de Austria, su tío-abuelo Carlos II, por lo que se convirtió en el primer rey de la Casa de Borbón en España. Su reinado de 45 años y 3 días es el más prolongado en la historia de este país. Los catalanes se avinieron, hasta fines del S.XIX, en que, tras el fracaso del Sexenio republicano, un sector del republicanismo federal encabezado por Valentí Almirall, dio un giro catalanista y rompió con el grueso del Partido Federal, que dirigía Pi y Margall. En 1879 Almirall fundó el Diari Català, que aunque tuvo una breve vida —cerró en 1881— fue el primer diario escrito íntegramente en catalán. ​ Al año siguiente convocaba el Primer Congreso Catalanista del que surgiría en 1882 el Centre Català, la primera entidad catalanista claramente reivindicativa, aunque no se planteó como partido político sino como una organización de difusión del catalanismo y de presión sobre el gobierno.

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BERNARDO RABASSA ASENJO.
PRESIDENTE DE CLUBS Y FUNDACIONES LIBERALES.
MIEMBRO ASOCIADO DE ALIANZA LIBERAL EUROPEA (ALDE), PREMIO 1812(2008).
PREMIO CIUDADANO EUROPEO 2013.
MEDALLA AL MÉRITO CULTURAL 2015, PSICOLOGO SOCIAL.

Bernardo Rabassa

Presidente de clubs y fundaciones liberales. Miembro asociado de Alianza Liberal Europea (ALDE). Premio 1812 (2008). Premio Ciudadano Europeo 2013. Medalla al Mérito Cultural 2015. Psicólogo social. Embajador de Tabarnia. Presidente del partido político constitucionalista Despierta.

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