Bankia advirtió ayer de que imponer un impuesto específico a la banca no solo afectaría a la cotización en Bolsa del sector, sino que terminaría mermando la rentabilidad, ya de por sí baja, así como teniendo un impacto en la solvencia del sistema.
Según explicó el consejero delegado, José Sevilla, en rueda de prensa, en la que dio cuenta de los resultados del primer semestre del año, justificar un impuesto "basándose en que la banca gana mucho es sencillo", pero insistió en que el "gran reto" es que el sector tiene que ser rentable.
Sevilla abogó por impulsar un marco fiscal homogéneo en Europa para que la banca compita "en igualdad de condiciones", y que tener una mayor carga impositiva en España se podría convertir, según añadió, en una desventaja para las entidades españolas en un entorno europeo, tras lo que pidió al Gobierno de que si toma cualquier decisión relativa a la imposición de un impuesto a la banca sea "con visión global".
También consideró que "no tiene mucho sentido" hablar de un impuesto a la banca porque hubo un rescate financiero, cuando con él no se rescató a ningún banquero, según explicó sino a los depositantes, al tiempo que se contribuyó a una bajada de la primea de riesgo que ha beneficiado a todos al abaratar el coste de financiación de España.
Por otra parte, Bankia obtuvo un beneficio atribuido al cierre del primer trimestre de 515 millones de euros, prácticamente lo mismo que en el mismo periodo del año anterior. En el segundo trimestre el beneficio neto se situó en 285 millones de euros, un 24,2% más que entre enero y marzo.
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