La Policía italiana ha rebajado este jueves a 38 la cifra de personas fallecidas por el derrumbe de un viaducto en Génova, después de que el miércoles las autoridades elevasen a 39 los muertos como consecuencia de este siniestro, cuyas causas aún se investigan.
Los equipos de rescate continuaban ayer buscando supervivientes entre las toneladas de escombros del viaducto Morandi de Génova, cuyo derrumbamiento el pasado martes ha causado al menos 39 muertos y 16 heridos, 12 de ellos graves. El Gobierno de Giuseppe Conte responsabiliza de lo ocurrido a Autostrade per l'Italia, la empresa encargada del mantenimiento de las autopistas del país, a la que estudia retirar la concesión. "Autostrade tiene que hacer el mantenimiento y no lo ha hecho.
La cúpula debe dimitir", declaró el vicepresidente Luigi Di Maio, que en su visita a Génova propuso sancionar a la filial de Atlantia con una multa de 150 millones de euros. El ministro del Interior, Matteo Salvini, acusó a Bruselas de ser también responsable de la tragedia por haber obligado al Gobierno italiano a realizar recortes por la política de austeridad impuesta, sobre todo, a los países del sur. La Fiscalía de Génova ha abierto una investigación para esclarecer las causas de lo ocurrido. "No podemos hablar de una fatalidad, sino de un error humano", dijo ayer el fiscal de la ciudad, Francesco Cozzi.
El Gobierno italiano celebró ayer una reunión extraordinaria en la que declaró el estado de emergencia durante 12 meses en la zona de la tragedia. El Ejecutivo aprobó la creación de un fondo de cinco millones de euros "para cubrir las primeras intervenciones urgentes" y para prestar apoyo a las 500 personas evacuadas que vivían en los edificios aledaños al viaducto derruido. El perímetro de seguridad se amplió ayer ante el temor de que se produjeran nuevos derrumbes en la estructura, de 90 metros de alto y algo más de un kilómetro de largo.
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