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Good Morning

miércoles 22 de agosto de 2018, 13:29h
Como mis artículos son cada quince días, a veces los temas se me echan encima, pero no quería dejar pasar el recuerdo a Adrian Cronauer, el locutor que inspiró el personaje de Robin Williams en la película 'Good Morning, Vietnam'. En general, todas las películas con buena banda sonora tienden a ser mis favoritas. La música, como los olores, resulta ser un potente evocador de recuerdos. Los recuerdos que más perduran e impregnan nuestro cerebro son los relacionados con las emociones y la música. Con las primeras notas de una canción una persona puede rememorar un momento de su vida por lo que, no solo reproduciríamos la película, sino un momento autobiográfico cargado de significado y de emociones. Como resumen de la película, recuerdo que la intención del locutor enviado a Saigón era hacer lo más llevadera posible la estancia de las tropas estadounidenses gracias a su programa que desarrolla en la estación de radio del ejército norteamericano. En la vida real, ya lo llevó a cabo primero en la Estación Aérea de Heraclión.

No es comparable la tensión y el miedo de una guerra con la vida más o menos tranquila de occidente, pero sí sabemos hoy en día la importancia de la música para conseguir en nosotros un efecto u otro. La música ha sido estudiada como una actividad relacionada sobre todo con el lado derecho del cerebro por su relación con la creatividad, mientras que la percepción del ritmo estaría relacionada con el hemisferio izquierdo.

Como siempre, hay un estudio de alguna universidad para confirmar lo que queremos justificar, por eso les hablaré del psicólogo musical David M. Greenberg, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y de su estudio “Wake up” en el que describe el levantarnos cada mañana como una batalla para pasar del letargo al estado de alerta. Muchos ritmos del organismo se rigen por el día y la noche de la Tierra y con ellos cambian muchos de sus componentes y funciones. Durante el sueño recuperamos el esfuerzo intelectual o físico realizado durante el día, se regula la temperatura corporal, se consolida la memoria y el aprendizaje, conservamos energía metabólica y nos recuperamos. Pasar del sueño a la vigilia puede ser una odisea. Greenberg elaboró una lista de canciones que consiguieran sacarnos de la cama con ánimo. Un buen tema que logre tal hazaña debe comenzar con unos acordes iniciales altamente rítmicos y el tercer y cuarto compás deben ser «moviditos» para generar interés en la canción. Deben tener un tempo que haga que nuestro corazón se mantenga entre 100 y 130 pulsaciones por minuto y un ritmo que vaya aumentando para motivar nuestro cuerpo y nuestra mente. Volviendo a la película mencionada, le deseo un feliz día con el ritmo recomendado y conseguido con Martha and the Vandelas y “Nowhere to run”.


Fátima Martí Cardenal

Es psicóloga sanitaria experta en Psicología Educativa. Es presidenta de la asociación para niños y niñas con altas capacidades ARCA (www.altascapacidadesarca.org) y directora técnica en la asociación AAESI. Asesora a familias y da formación al profesorado sobre la detección y atención al alumnado con altas capacidades. Trabaja en consulta con niños y adolescentes. También es profesora en el Máster en intervención en necesidades específicas de apoyo educativo del CES DON BOSCO.

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