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'Lehman Trilogy': una breve, ácida, humorística y lúcida historia del capitalismo más reciente
(Foto: Sergio Parra)

'Lehman Trilogy': una breve, ácida, humorística y lúcida historia del capitalismo más reciente

lunes 27 de agosto de 2018, 13:47h
Tras su último y celebrado montaje como director, La cocina, de Arnold Wesker, Sergio Peris-Mencheta abre la temporada de los Teatros del Canal de Madrid con una personal e interesante versión de Lehman Trilogy, la obra de Stefano Massini -actual director del Piccolo de Milán-, que tan agudamente repasa la historia de la firma que lleva ese nombre, Lehman, y cuya quiebra en 2008 fue la prueba del nueve de que el mundo occidental atravesaba una crisis financiera de la misma o mayor importancia que la de 1929, pero casi 80 años después.

Transcurrida una década desde esta última gran crisis, la mano de Peris-Mencheta, como director del montaje, subraya con la misma intención que inteligencia la historia de los hermanos Lehman que, si en el original italiano abarcan cinco horas de espectáculo, en la que ahora puede verse en castellano quedan reducidas a poco más de tres, con dos descansos de unos quince minutos incluidos, que hacen del montaje una propuesta medida hasta en los más mínimos detalles, incluidos también estos pequeños descansos, que hacen de él una verdadera delicia, llena de intensidad, en una narración trufada de bailes, de cantos (desde clásicos rezos judíos al twist; desde rhythm and blues al espiritual negro; desde el ragtime a Bob Dylan o The Beatles). Y todo ello interpretado por seis extraordinarios actores que se ponen en la piel de un centenar largo de personajes, a un ritmo frenético, y con una comicidad constante que, sin embargo, no enmascara ni oscurece para nada la conclusión de esta gran farsa con tintes históricos sobre una familia judía que es esta fábula sobre los Lehman Brothers que, a su vez, discurre paralelamente a la historia del último siglo y medio de los Estados Unidos de América.

Solo seis actores, cantantes y músicos llevan tras de sí la inmensa responsabilidad de que esta epopeya familiar y social no decaiga ni un solo instante de las tres horas de representación. ¡Lo consiguen y de forma brillante! Ellos son Darío Paso, Víctor Clavijo, Pepe Lorente, Leo Rivera, Litus Ruiz y Aitor Beltrán.

La deslumbrante, poética y versátil escenografía sobre un escenario giratorio es de Curt Allen Wilmer; la siempre maestra luz de Juan Gómez Cornejo pone marco a la historia que se cuenta; un variadísimo vestuario de Elda Noriega ayuda decisivamente a la construcción de los personajes; la inspirada música ha sido obra de Litus Ruiz (quien además de actor, es el director musical), Xenia Reguant, Ferrán González y Marta Solaz, y el vídeo y el sonido de Joe Alonso. Con la ayuda de este estupendo equipo artístico, los seis actores y músicos combinan incansablemente palabra, música, coreografía y canto –el subtítulo el montaje, no lo olvidemos, es Balada para sexteto en 3 actos- para configurar un espectáculo que –sin duda alguna- competirá entre los mejores de la recién inaugurada temporada teatral madrileña.

Del algodón a los fondos buitre

Henry (¡Bienvenido a América, señor Lehman! ¡Buena suerte!”), Emanuel y Mayer, tres hermanos judíos oriundos de la Baviera alemana, llegan sucesivamente a Estados Unidos a mediados del siglo XIX, con una mano delante y otra detrás, pero con la inmensa ambición y la inteligencia suficiente para saber ver dónde, cómo y cuándo hay negocio. Henry comienza abriendo una modesta tienda de telas en la ciudad sureña de Montgomery, Alabama, y ya con sus dos hermanos allí, compran y venden el algodón de las plantaciones próximas. El primer revés del negocio viene en forma de incendios en las plantaciones, pero eso no arredra a los Lehman, que ahora ven ganancias en la transacción del algodón en bruto: “… Pagadnos con bruto: un tercio de la cosecha. Nosotros lo revendemos”.

Y del algodón, los Lehman pasan a negociar con el café, el tabaco, el carbón o los ferrocarriles. Ni siquiera La Guerra de Secesión americana supuso un frenazo a los negocios de los Lehman Brothers porque aprovechan para vender algodón a Europa durante el conflicto y, ya en la posguerra, se transforman en banqueros para multiplicar su inmenso capital con préstamos para la reconstrucción del país: “…quien —como nosotros— posee un banco, utiliza el dinero para comprar dinero, para vender dinero, para prestar dinero, para cambiar dinero… Invertir dinero solo para hacer dinero”.

Habrá quien perciba alguna falta de rigor histórico en la fábula que se cuenta sobre la familia Lehman. Habrá quien eche en falta una cierta ausencia en el escenario de las terribles consecuencias que un espíritu capitalista tan radical, tan falto de escrúpulos a la hora de trenzar sus negocios, ha tenido sobre la economía de países, de corporaciones, de grandes, medianas y pequeñas empresas y, sobre todo, de familias y de individuos concretos. Habrá, en fin, quienes piensen también que no se puede mezclar una tragedia tan seria de fondo con números musicales, con coreografías y efectos casi circenses sobre el escenario. Todo eso es cierto pero a mí me parece que ahí reside justamente la grandeza de este montaje en donde todo se sugiere sin solución de continuidad, sin apenas tiempo para la reflexión, para analizar las conexiones entre unas realidades y otras, entre unos y otros personajes. Pero, si uno se para un poco a pensarlo, la vida de todos y cada uno de nosotros discurre en términos y formas parecidas: uno actúa y solo después de un tiempo llega a la conclusión de los efectos que produjo su acción –o su inacción, su falta de compromiso-. En ocasiones, la mejor voluntad produce una tragedia y, por el contrario, otras veces una pequeña o gran maldad, se vuelve contra uno mismo. Y, tanto en unas como en otras, la falta de sentido del humor hace inmensamente más dura esa travesía, esa espera de acontecimientos que es la vida. Una vida que, como todo lo humano, se esfuma en mucho menos tiempo de lo que uno cree.

Los dos años de trabajo previo que ha necesitado el extraordinario montaje de Sergio Peris-Mencheta han levantado un espectáculo que solo ha sido posible con la colaboración de un gran número de artistas y técnicos que merecen el mayor de nuestros aplausos porque entre todos han sido capaces de que el espectador tome conciencia de que ha asistido a un montaje de más de tres horas solo cuando mira al reloj tras la apoteosis final de esta ‘Lehman Trilogy’

‘Lehman Trilogy’

Autor: Stefano Massini

Versión y Dirección: Sergio Peris-Mencheta

Escenografía: Curt Allen Wilmer (AAPEE) con estudioDedos

Iluminación: Juan Gómez-Cornejo (A.A.I)

Vestuario: Elda Noriega (AAPEE)

Vídeo y sonido: Joe Alonso

Dirección musical: Litus Ruiz

Composición musical: Litus Ruiz, Xenia Reguant, Ferrán González y Marta Solaz

Ayudante de dirección: Xenia Reguant

Asistente de dirección: Óscar Martínez

Asesor canto y baile: Óscar Martínez / Xenia Reguant

Ayudante de escenografía: Eva Ramón

Ayudante de vestuario: Berta Navas

Dirección Producción y Producción Ejecutiva: Nuria-Cruz Moreno

Ayudante de producción: Blanca Serrano Meana

Auxiliar de producción: Irene Herráez

Director Técnico: Braulio Blanca

Fotografía: Sergio Parra

Diseño gráfico: Eva Ramón

Prensa: María Díaz

Distribución: Fran Ávila

Una producción de Nuria-Cruz Moreno y Sergio Peris-Mencheta para Barco Pirata

Teatros del Canal, Madrid

Del 24 de agosto al 23 de septiembre de 2018

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