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Marruecos

Por Gabriel Elorriaga F.
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elorriagafernandezhotmailcom/18/18/26
miércoles 05 de septiembre de 2018, 10:48h

Sánchez ha interrumpido lo que parecía una tradición. El primer viaje de cada nuevo presidente del Gobierno al exterior era Marruecos. No se necesitan muchas explicaciones. Es nuestro país vecino con fronteras marítimas y terrestres problemáticas. Emigración, pesca, importaciones y exportaciones, antiterrorismo. Tenemos otros países vecinos, Francia y Portugal, que han pasado de ser vecinos a miembros de nuestra Unión Europea en la que las fronteras se han diluido como líneas de soberanía abiertas. Pero en Marruecos España vive los problemas fronterizos entre dos mundos, Europa y África. Es por ello una auténtica frontera mental y económica en la que Marruecos desempeña un papel esencial, con su monarquía estable, de enlace y comunicación amistosa que progresa y nos acerca compartiendo paz y concordia en una zona compleja y dinámica como son ambas orillas del Estrecho de Gibraltar.

Al presidente Pedro Sánchez no le parece tan urgente visitar Marruecos como otros caprichos. En sus primeros meses de ¿gestión? se ha preocupado de verse con la señora Merkel o el señor Macron. Está bien. Es posible que fuese muy conveniente. Tiene disculpa. No tan clara parece su gira trasatlántica por Chile, Perú, Colombia y Costa Rica. ¿Es que pasaba algo urgente en estas queridas naciones? Lo cierto es que toda intensificación de los lazos que nos vinculan con los países iberoamericanos es intrínsecamente buena. ¿Pero qué necesidad tenía el presidente Sánchez en estas concretas semanas de crisis migratoria en el Estrecho de viajar por el hemisferio sur pontificando sobre tumbas, cementerios civiles o asociaciones de prostitutas? Esta frenética gira internacional parece querer perfilar la figura de un presidente con una política exterior errática expuesta allí donde a nadie interesa su persona de ocupante ocasional de La Moncloa, a la espera de alguna coyuntura favorable para intentar que los españoles tengan la amabilidad de votarle alguna vez. Sus visitas, como aquellas de su antecesor Zapatero, son las de unos estrategas sin soldados que circulan por donde no se les espera sin otro objetivo que predicar peroratas tópicas sobre diálogos de carmelitas o cambios climáticos.

La verdad es que da la impresión que Sánchez va a fotografiarse donde puede y no donde tiene que ir. No podemos tenerlo por tan corto de ideas para que no le haya pasado por la mente la urgencia de ir a Marruecos, allí donde su ministro de Interior consiguió devolver en caliente a algunos asaltantes de nuestras fronteras. En sus días de descanso en el Coto de Doñana es inevitable que le llegasen con el viento algunos aromas de la otra orilla. Pero quizá pesa en Sánchez como presidente actual aquel Sánchez diputado que viajó a Marruecos antaño para supervisar unas elecciones y realizó un informe demoledor para la evolución del sistema político marroquí.

Marruecos es un gran país que se rearma y fortalece y reimplanta el servicio militar obligatorio, consciente de su papel en el norte de África frente al terrorismo yihadista y que participa en misiones en el Yemen y en el Golfo Pérsico demostrando su capacidad de participación en conflictos internacionales y demostrando su propósito de mejorar su capacidad de defensa con un grado de crecimiento proporcionalmente superior al de la política de defensa española. El Reino de Marruecos es hoy el ámbito de estabilidad entre una Unión Europea indecisa y un continente africano en ebullición. Las buenas relaciones entre España y Marruecos son el objetivo esencial y prioritario de nuestra política internacional. Claro que visitar a Mohamed VI no es la misma fiesta que visitar a Evo Morales. En este asunto le sobra memoria histórica a Pedro Sánchez. Es un asunto personal que demuestra que este político no es el presidente que conviene a la seguridad de los españoles. Su visión de prioridades tampoco es la que Europa espera del guardián de su frontera sur. Los aviones del Estado no calientan motores para volar a Benicasim sino que están preparados para volar a Rabat. Desde las delicias del Coto Doñana debería sentirse más cerca que de cualquier otra parte pero pasan los meses y Marruecos no está en su agenda. Es un vacío a tener muy en cuenta.

Gabriel Elorriaga F.

Ex diputado y ex senador

Gabriel Elorriaga F. fue diputado y senador español por el Partido Popular. Fue director del gabinete de Manuel Fraga cuando éste era ministro de Información y Turismo. También participó en la fundación del partido Reforma Democrática. También ha escrito varios libros, tales como 'Así habló Don Quijote', 'Sed de Dios', 'Diktapenuria', 'La vocación política', 'Fraga y el eje de la transición' o 'Canalejas o el liberalismo social'.

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