Callejón sin salida para Carmen Montón, que seguramente tenga que poner fin a su andadura como ministra en estos días, una vez que diera explicaciones insuficientes sobre las presuntas irregularidades en la obtención de su máster sobre igualdad en la Universidad Rey Juan Carlos. Tras las primeras publicaciones al respecto, ahora eldiario.es, que destapó el escándalo, informa de que se podrían haber alterado las calificaciones que obtuvo la por entonces diputada.
Aunque en la rueda de prensa de ayer Montón dijo que aprobó su máster correctamente en el curso 2010/2011, eldiario.es aporta el expediente académico de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) donde figura que no aprobó todo su curso en dicha convocatoria. Y es que figura en él que no se presentó a al menos una asignatura, por lo que no habría superado el curso.
En el sistema informático de la URJC figura que el 13 de julio de 2011 tenía una asignatura que debía todavía superar, por lo que es imposible que en junio aprobara todo el máster, como defiende. Y aquí empieza lo peor: según eldiario.es, en noviembre de ese año alguna persona con acceso al sistema informático cambió la nota de "no presentada" a "aprobada". Se trata de un caso parecido al del máster de Cristina Cifuentes, en el que presuntamente la funcionaría Amalia Calonge modificó las notas para cambiar un "no presentado" por otra nota.
Por otra parte, el hecho de que Montón pudiera presentar el trabajo de fin de máster, que sí es cierto que existe y ella misma lo aportó como prueba, sería una irregularidad ya que no había aprobado todas las asignaturas del curso, y es un requerimiento obligatorio para poder realizar dicho trabajo final.
Un máster presencial
Además, la ministra afirmó ayer que cursó a distancia este posgrado, aunque asistía a clase cuando podía, sin embargo, según pruebas documentales, la modalidad del máster de 'Estudios Interdisciplinares de Género' era presencial, algo confirmado por la propia universidad.
De momento, el presidente Pedro Sánchez aguanta en el cargo a la ministra, hasta agotar sus recursos y explicaciones, para no ser injusto en su decisión. Pero las presiones del PSOE son enormes: si se quiere cuestionar a Cifuentes o Pablo Casado por sus cursos de máster, ahora no se puede ser tibio con una miembro del partido, por muy ministra que sea y por mucho que suponga abrir otra crisis de gobierno tras la retirada de Màxim Huerta en Cultura nada más comenzar a rodar este Ejecutivo.
Pero incluso dentro del Consejo de Ministros presionan a Sánchez para que haga caer a Montón para no perjudicar la imagen global del gabinete. De momento, nadie en el Gobierno o en el PSOE ha hecho una defensa cerrada de Montón, e incluso la mayor ayuda ha llegado desde el PP, ya que Casado, en el mismo caso, ha salido a la palestra para recordar que primero hay que demostrar la culpabilidad de la persona, y que así funciona el sistema en un Estado de derecho, donde se da por hecho la presunción de inocencia.
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