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'Monta al toro blanco': ¿Quo vadis, Europa?
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(Foto: Carmen Prieto)

'Monta al toro blanco': ¿Quo vadis, Europa?

viernes 21 de septiembre de 2018, 17:54h

Íñigo Guardamino es del mismo Bilbao y eso, como se sabe, imprime carácter. El dramaturgo bilbaíno sigue siendo irremisiblemente fiel a sí mismo (ácido, irreverente, crítico, sarcástico, imprevisible, divertido e indomable). Ahora escribe y dirige su sexto montaje 'Monta al toro blanco', que estará en cartel hasta el próximo 6 de octubre en el Ambigú del Pavón Teatro Kamikaze.

Sin ánimo de ser exhaustivo, estos son algunos de los temas que preocupan al dramaturgo vasco y que ha ido abordando en sus últimos estrenos: el modelo educativo, el sentimiento de culpa, la represión, la religión, las apariencias y la hipocresía personal y social en Castigo Ejemplar Yeah (http://www.diariocritico.com/noticia/499242/teatro/castigo-ejemplar-yeah-o-la-teoria-del-deber-ser.html); la orfandad de madre planteada a través de tres historias protagonizadas por personajes de la talla de Karol Wojtyla, el padre Arrupe y Megumi y Edurne, las hermanas siamesas de Hiroshima, en Solo con tu amor no es suficiente (http://www.diariocritico.com/noticia/488060/teatro/solo-con-tu-amor-no-es-suficiente-de-inigo-guardamino-un-cocktail-soberbio-de-ficcion-y-realidad-sobre-el-escenario.html); o la libertad y sus límites en Este es un país libre y si no te gusta vete a Corea del Norte (http://www.diariocritico.com/teatro/este-es-un-pais-libre-y-si-no-te-gusta-vete-a-corea-del-norte). Ahora, en ‘Monta al toro blanco’ le toca el turno a Europa, a ese concepto cultural y territorial cada vez más desdibujado entre los propios europeos, y a su también cada vez más patente crisis de identidad, así es que no faltan aquí alusiones directas a la inmigración, a los refugiados, al populismo, a la caída del Euro y al terrorismo.

Según la mitología griega la cosa empezó cuando el dios Zeus, que adoptó la forma de toro blanco, raptó a una ninfa, Europa, en medio del Mediterráneo. Desde entonces hasta hoy la vieja Europa ha recorrido demasiado trecho, ha tenido que abortar invasiones, sobrevivir a docenas de guerras (las dos Mundiales, incluidas), afrontar mil y una crisis de todo tipo y, después de todo, probablemente ahora esté atravesando la peor de ellas: la de su identidad, la de encontrarse a sí misma y redescubrir y redefinir todos esos valores que la han llevado a ser un espejo donde mirarse a toda la comunidad internacional.

En la fábula de Guardamino ha surgido un nuevo grupo terrorista antiinmigrantes, los autodenominados Patriotas Europeos, que preocupa y mucho a las autoridades comunitarias, que no saben muy bien cómo lidiar el problema. En medio de ese clima tenebroso en lo político, se suceden varias historias simultáneas: la de una pareja en crisis que disfruta en Roma de una escapada, cuando se oyen gritos, disparos y alguna explosión. Al mismo tiempo, y a unos cientos de kilómetros de allí, en Austria, un granjero presta ayuda a una familia siria de refugiados en algún lugar muy próximo a Viena. Más al este, en Grecia, una multinacional, que está construyendo un gran parque de atracciones para celebrar la idea de Europa, tiene que abordar la crisis que supone para la empresa el hecho de haber encontrado restos arqueológicos de gran valor que, al mismo tiempo, pueden suponer un fuerte revés financiero a su proyecto, y, por último, en Rotterdam, dos adolescentes se suman a una nueva ola de puritanismo y de renuncia que recorre el viejo continente…

En escena cuatro estupendos actores, Rodrigo Sáenz de Heredia (natural, cercano, convincente…), Gemma Solé (rotunda y dúctil a la vez), y Sara Moraleda y Fernando Sainz de la Maza (apasionados, vehementes y frescos en sus papeles respectivos).

La poética escenografía de Alessio Meloni (al fondo, un mural pintado con los restos destruidos de alguna ciudad europea, el Mediterráneo pintado en el suelo del Ambigú, una zodiac, y algunos elementos más sobre el escenario…); el sencillo y significativo diseño de vestuario de Pier Paolo Alvaro, el realista espacio sonoro de María José Pazos y la sugestiva iluminación de Pedro Guerrero, constituyen el precioso marco en donde se desarrolla esta historia inquietante, llena de humor negro, valiente y fresca que puede ser un buen punto de partida para que nosotros, los europeos, podamos pensar y pensarnos. ¡Falta, desde luego, nos hace…!

'Monta al toro blanco'

Texto y dirección: Íñigo Guardamino

Intérpretes: Sara Moraleda, Rodrigo Sáenz de Heredia, Fernando Sainz de la Maza y Gemma Solé

Ayudante de dirección: Pablo Martínez Bravo

Escenografía: Alessio Meloni (AAPEE)

Diseño de vestuario: Pier Paolo Alvaro (AAPEE)

Diseño de iluminación: Pedro Guerrero

Fotografía: Carmen Prieto

Asesora de movimiento: Gemma Solé

Música: David Ordinas

Canciones: David Ordinas (música) e Iñigo Guardamino (letra)

Voz en off: David García Vázquez, Alessio Meloni y David Ordinas

Espacio Sonoro: María José Pazos

Comunicación: Lemon Press

Diseño gráfico: Andrés Sansierra

Una producción de La Caja Negra Teatro

El Pavón Teatro Kamikaze, Madrid

Hasta el 6 de octubre de 2018

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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