El bloque independentista catalán, formado por el PdeCAT, ERC y la CUP, lo es cada vez menos, dadas las profundas discrepancias a la hora de abordar su hoja de ruta. Aunque el 'paraguas' de la independencia ha logrado aunar sus voces en múltiples ocasiones, el devenir del 'procès' ha dividido, e incluso enfrentado, a las tres formaciones, ya que mientras unos exigen desobediencia y proclamación efectiva de la república, otros rebajan el tono y censuran los ultimátums. Es lo que ha sucedido después de que el presidente catalán, Quim Torra
haya amenazado con la retirada de apoyos del independentismo al Gobierno de Pedro Sánchez en el Congreso, si no hay una propuesta para ejercer la autodeterminación en noviembre.
El ultimátum de Torra a Sánchez ha agrandado la grieta entre los partidos independentistas catalanes. Desde la tribuna del Parlament, Torra se dirigió al presidente del Gobierno para lanzar su amenaza: si no presenta antes de noviembre una propuesta para "un referéndum pactado, vinculado y reconocido internacionalmente", el independentismo "no podrá garantizarle ningún tipo de estabilidad en el Congreso".
Según proclamó, "la paciencia de Cataluña no es infinita y el margen de Pedro Sánchez se ha acabado", tras lo que anunció el envío de una carta al presidente del Gobierno, pidiéndole una reunión "lo antes posible" para "negociar". Torra, que dijo no querer "volver a escuchar a Sánchez hablar de diálogo si no se ejerce y tampoco si no se concreta con claridad", pidió al jefe del Ejecutivo "compromisos concretos y valientes" y dejar las "amenazas y vaguedades".
Sus palabras encontraron respuesta de Moncloa, ya que la portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá compareció ante los medios para reiterar su postura: "autogobierno y no independencia", al tiempo que insistió en "ley y diálogo" como herramientas para solucionar el conflicto catalán. Celaá dejó claro que el Gobierno "no acepta ultimátums", aunque mantiene su apuesta por el diálogo, por lo que pidió a PP y C's lealtad, "en lugar de querer imponer un 155 perpetuo". Las formaciones conservadoras insisten la suspensión de la autonomía catalana ante la "debilidad" del Gobierno.
Aunque por otros motivos, el ultimátum de Torra tampoco ha sido bien recibido en ERC y la CUP. El portavoz de Esquerra en el Congreso, Gabriel Rufián le ha recordado al president catalán que "los ultimatums los carga el diablo" y, a su juicio, "el diablo viste de Ciudadanos". Rufián considera que no se puede vender humo poniendo plazo a la declaración de la independencia y ante la amenaza de retirar el apoyo independentista al Ejecutivo, ha dicho: "Por el grupo parlamentario de ERC en Madrid solo habla el grupo parlamentario".
La CUP, como los CDR, ha mostrado su hartazgo y exigen a Torra que haga efectiva la república de inmediato. "Este pueblo ganará la independencia con ustedes o contra ustedes. Saltará la barrera hacia la república y hoy ustedes son la barrera", ha advertido el portavoz de la CUP, Carles Riera.
Riera ha rechazado el enésimo ultimátum al Gobierno central por parte del Govern. "La Moncloa ya le ha dicho que no. ¿Hará ya un acto de soberanía o volverá a tirar la pelota hacia adelante?", le ha preguntado, para insistir en que no esperarán "a las sentencias del procès" para consumar la secesión por la vía unilateral.
Torra ha vuelto a dar su palabra a la CUP asegurando que ha venido "a haber efectiva la república catalana y no a administrar una autonomía", pero "el día que vea que no pueda hacerlo, me iré".
El president ha enviado ya la carta al presidente del Gobierno, a quien le propone una reunión en la Generalitat para hablar de todo, también del derecho a la autonomía, y ha insistido en que Cataluña "merece una respuesta valiente y distinta a la de hoy", en alusión a la ofrecida por Celaá.
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