Casado galvaniza el partido pero asusta al votante

Ya se lo había advertido Soraya Sáenz a sus correligionarios: "Casado representa mejor el cabreo del partido frente a la jugada artera de Sánchez, pero no suma votos del centroderecha. MI candidatura es la única capaz de ganarle a Sánchez en las urnas". Y parece que tenía bastante razón, a juzgar por las encuestas.

Una muestra más de como el nuevo líder del PP galvaniza su partido ha tenido lugar en el último enfrentamiento con Sánchez en el Congreso de los Diputados. Su discurso duro y la acusación de connivencia con el golpe de Estado en Cataluña provocó aplausos encendidos y comentarios rabiosamente elogiosos de algunos comentaristas populares.

Pero la alegría duró poco. Al día siguiente, un nuevo sondeo del CIS amargaba la fiesta en Génova. Claro, no hay duda de que la nueva cocina de José Félix Tezanos en el CIS levanta muchas sospechas. Y sólo hay que escucharle decir que opera con “el rigor científico más absoluto”, para que esas sospechas se multipliquen. Bueno, conozco al personaje de cerca y se de lo que es capaz. Pero al margen de ese detalle, lo cierto es que parece verdad que el PP retrocede en las encuestas.

Las causas son variadas, pero hay una que me parece clave: ya no opera en solitario para sumar el voto más conservador y el más centrista. Este último tiene un nuevo cauce competitivo: Ciudadanos. Algo que también confirma la última encuesta.

Sin embargo, la situación política es tan oblicua que el PP no tiene más remedio que seguir pidiendo la celebración de elecciones, aunque en su fuero interno no esté seguro de que eso le conviene. Desde luego, no es el único que juega al regate. La reacción de Sánchez de dignatario “ferito nell onore” ante la acusación de Casado de connivencia con el golpe en Cataluña, no es otra cosa que un pantallazo para tomar distancia política de los conservadores ante sus socios actuales en Madrid y en Barcelona. Porque solo la mala memoria le impide recordar como trató a su predecesor en el cargo de indecente ante toda la ciudadanía.

Lástima que tampoco a Sánchez le durara mucho el gozo del pantallazo. Sólo un día después el poder judicial le dejaba sin aliento, al iniciar los prolegómenos del enjuiciamiento oral de los separatistas encartados. La reacción del energúmeno Torra no se ha hecho esperar: o el Gobierno arregla esto o no le apoyaremos con la aprobación de los presupuestos. Y Sánchez sabe que si no hay aprobación del Presupuesto resultará muy difícil mantenerse en el burrito hasta que acabe la legislatura.

Así las cosas, todo parece indicar que el único que ganaría rédito con unas elecciones es el partido de Rivera. Sin embargo, eso sólo cambiaría la composición del campo del centroderecha y no está muy claro que consiga cambiar el escenario político del país. Tal vez Casado este jugando el papel que le pide el cabreo de su partido, pero eso no le garantiza que así llegue a derrotar a la alianza entre el sanchismo, Podemos y los separatistas.

Hay que aceptarlo aunque no nos guste a muchos: la cultura política española es la que es y la perspectiva socialdemócrata no se encuentra hoy en sus mejores momentos.