Halloween y el miedo en los niños

Se acerca Halloween y ya es una fiesta habitual para nuestros hijos, pero... ¿les gusta el miedo a los niños? Los 'mayores' podemos decir que lo hemos vivido, lo hemos superado o soñamos con que lo superamos, pero hemos necesitado de experiencia, valor y estrategias para vencer esas vulnerabilidades. Nuestros monstruos pueden ser la timidez, hablar en público, el miedo al fracaso, a tomar decisiones... El miedo es poderoso y nos hace pequeños.

Si hablamos de miedo y cerebro, tenemos que hablar de la amígdala, nuestro centinela emocional. Forma parte del sistema límbico y está permanentemente alerta ante los estímulos emocionales provenientes de los sentidos para responder de forma automática. Evalúa las señales del tálamo para reaccionar inconscientemente mediante respuestas de protección ante situaciones que podrían suponer un peligro para nosotros.

La mayoría de los miedos son evolutivos. Los miedos más frecuentes en función de la edad son:

La tendencia natural será que éstos vayan desapareciendo progresivamente. En otras ocasiones, el miedo y ansiedad son constantes, alterando la vida de los niños y la de los adultos. Pueden derivar en miedos patológicos que necesitan atención psicológica y a veces desaparecerán con tiempo y trabajo.

Como padres podemos ayudar a no mantener estos miedos, por ejemplo, si no demostramos los miedos delante de los niños. También influye cómo hablamos de los problemas, de los conflictos o del miedo. Cuando les pedimos que nos cuenten en qué consisten sus inquietudes, les puede ayudar hablar sobre esos temores y ofrecerle otras emociones con las que dominarlo como la risa o incluso el enfado.

Hay veces que en consulta los padres me cuentan que por la noche sus hijos no quieren dormir solos. Empiezas a hacer alguna pregunta básica sobre rutinas y te sorprenden con respuestas como “Sí, antes de dormir leemos relatos de Stephen King”. Debemos seleccionar lecturas infantiles adecuadas como cuentos agradables, exentos de terror y ya que estamos, también revisar qué películas o series ven.

Es también recomendable fomentar la autonomía y la independencia reforzando los comportamientos valerosos; Como en otras de nuestras facetas, el valor es una potencialidad a desarrollar y el miedo no nos deja verla, por eso hay que dar confianza y seguridad para que comprendan que en ellos está “el problema” pero también la solución.

Hoy en día leemos mucho sobre una crianza sobreprotectora y con los miedos tampoco funciona ya que fomenta la dependencia. Deberíamos ayudarles a vencer las situaciones estresantes para que ganen en autoconfianza.

Esta fiesta nos sirve para jugar con el miedo, nos gusta porque lo tenemos controlado, ocurre lo mismo, por ejemplo, con las películas de terror, estamos frente a estímulos que nos provocan sustos y miedo, pero como somos meros espectadores, parece que la sensación en teoría “negativa”, nos gusta.

Para los menos valientes, animadles a sobreponerse porque serán un poquito más felices por conseguir ganar al miedo y se sentirán libres. Como escribía Bertrand Russell, “Conquistar el miedo es el comienzo de la riqueza”.