'Valle Intrap': Un Valle-Inclán tan social como divertido para el siglo XXI

Los buenos profesores de Literatura son aquellos que saben despertar el interés de los alumnos para que, con poco más que una invisible y suave guía externa –la del propio profe-, los chicos vayan descubriendo que cualquier aspecto de la vida está metido en los libros y que la lectura es una fuente de gozo y de aprendizaje inagotable. Con los directores de escena y el teatro sucede otro tanto y Kess Harmsen ha hecho una magnífica adaptación de Luces de bohemia, de Valle-Inclán, que ha titulado ‘Valle Intrap’, que él mismo dirige y que puede verse todos los miércoles de noviembre en la madrileña Sala Nave 73. El resultado es un divertidísimo espectáculo que integra a un público mayoritariamente juvenil en las entrañas del esperpento valleinclanesco desde el minuto uno hasta el noventa, que es la duración aproximada de la propuesta.

El hecho de que el día del estreno la media de edad de los espectadores no sobrepasase los 25 no quiere decir que a ‘Valle Intrap’ no deban acercarse espectadores de cualquier edad. ¡Por supuesto! Y, además, con la garantía de que no verán traicionado el texto de don Ramón y –lo que aún es más difícil-, tampoco su espíritu, a pesar de que se han hecho ciertos recortes y se han adaptado también ciertas escenas para acercarlas a nuestro siglo. El resultado sigue siendo un esperpento que, al mismo tiempo que altera la realidad, provoca la chispa necesaria en el público para reconocerla y sentirse parte activa de ella.

La escenografía es de Javier Carramiñana (unas mesas metálicas fácilmente manipulables para convertirse también en plataformas más bajas, con superficies pulidas que hacen también de espejos…); el estrafalario vestuario del propio Carramiñana y Kees Harmsen, y el sonido de Albers Mayo configuran un espacio disparatado, carnavalesco y lúgubre al mismo tiempo, que no dejan duda al espectador de que algo extraordinario va a tener lugar delante de sus narices.

A partir de ahí ya queda la responsabilidad de los seis actores del montaje para que la atención del público no decaiga ni un instante en toda la función. Ellos son Mario Alonso, Susana Álvarez, Mateu Bosch, Katia Braun, Pablo Tercero, Javier Carramiñana / Nacho Martínez. Todos cumplen perfectamente con su cometido, pero no me resisto a dejar de destacar a tres de los personajes: genial y divertido Don Latino de Hispalis (Mateu Bosch); desternillante el hierático y ‘sabihondillo’ Don Filiberto –interpretado, por cierto, por una de las actrices, Susana Álvarez-, el redactor jefe del periódico, y La Lunares (Katia Braun), esa sensual y traviesa prostituta joven que se insinúa abiertamente a Max Estrella (Mario Alonso) a ritmo de rap.

Y por si todos estos factores fueran pocos, el afán juguetón y burlón de la compañía PanyVino hace que la función comience con la lectura de un párrafo de la crítica que quien esto escribe hizo, hace solo un par de semanas, del montaje que Alfredo Sanzol hace de Luces de bohemia que todavía se representa en las tablas del María Guerrero, y a quien el adaptador y director de este ‘Valle Intrap’ remite en varias ocasiones para que el público complete las escenas que se han obviado en esta versión, por ejemplo la de El Rey de Portugal. Así es que, aunque solo sea ‘por alusiones’, aquí dejo para terminar esas palabras tan bien leídas por Doña Colette (Susana Álvarez), por lo demás tan aplicables al montaje de Sanzol como al de Kess Harmsen: “…En este país andamos hoy confusos y ofuscados por no saber encontrar con nitidez nuestras señas de identidad… La burla, lo grotesco, lo lúdico, lo estrafalario, lo extravagante, lo inmisericorde y lo ridículo pueden convivir en medio de un paisaje, el español, lleno de precariedad y de miseria política y moral…” (https://www.diariocritico.com/teatro/luces-de-bohemia).

Repito: divertidísima y muy conseguida esta propuesta actualizada sobre el clásico de Valle. Imprescindible ‘Valle Intrap’. No te la pierdas.

'Valle Intrap'

(A partir de Luces de bohemia, de Ramón María del Valle-Inclán)

Adaptación y dirección: Kess Harmsen

Intérpretes: Mario Alonso, Susana Álvarez, Mateu Bosch, Katia Braun, Pablo Tercero, Javier Carramiñana / Nacho Martínez

Escenografía: Javier Carramiñana

Vestuario: Javier Carramiñana y Kees Harmsen

Sonido: Albers Mayo

Ayudante de dirección: Miguel Herrera

Comunicación: Mario Alonso

Cartel: Bruno Muñoz

Producción: PANYVINO

Colaboración especial: Adelia Pedreño

Nave 73, Madrid