Mientras los mercados van calibrando entre el órdago de Italia a la Comisión Europea al no presentar un nuevo presupuesto para el próximo año, y las noticias en torno al Brexit, nuevos indicadores macro en la zona euro avalan la desaceleración de su economía. Eurostat confirmaba ayer que la economía de la eurozona creció en el tercer trimestre un 0,2%, su ritmo más lento en cuatro años.
También confirmó que la tasa interanual fue del 1,7%, el nivel más bajo desde el cuarto trimestre de 2014.
Detrás de esta caída en el ritmo de crecimiento, el estancamiento de Italia, que se mantuvo sin cambios y la contracción del 0,2% en el crecimiento del PIB alemán.
Por primera vez desde 2015, la economía alemana se contrajo en el tercer trimestre. Las tensiones comerciales hicieron mella en las exportaciones del país, tradicional motor de crecimiento de la mayor economía de Europa.
Las disputas comerciales y la salida del Reino Unido de la UE están aumentando la inquietud en la economía alemana, a lo que se suma también la preocupación política. Muestra de ello es que, según el indicador ZEW, los inversores no esperan que la economía germana se recupere rápidamente del bache de este tercer trimestre.
Fuera de Europa, las tensiones comerciales también han impactado negativamente en la economía de Japón, con una caída anualizada en el PIB del 1,2% en el tercer trimestre, afectada por desastres naturales y una disminución de las exportaciones, lo que podría aumentar la presión para un mayor estímulo fiscal y ser suficiente argumento para que el BoJ mantenga la política monetaria ultraflexible que aplica desde hace más de cinco años.
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