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Las dos izquierdas de Teodoro Petkoff

viernes 16 de noviembre de 2018, 09:20h

'Cosco' era un clásico en el Centro Vasco de Caracas. Con su palillo entre los dientes, este donostiarra de Gros, trabajaba en un taller de reparación de “carros”, seguía los partidos a mano en el frontón de Euzko Etxea, arreglaba el mundo con sus amigos del fin de semana, y repartía quinielas en el Centro siguiendo la Liga de Fútbol española con cuyos beneficios el bergarés Jokin Inza, junto a otros sablazos, pagaba el mantenimiento de la clandestina Radio Euskadi. Aquella emisora transmitió en onda corta desde Venezuela durante trece años un programa diario de media hora tras cerrar Miterrand la que mantenía el gobierno vasco en el exilio cerca de Bayona.

Su hijo Xabier Coscojuela, nacido en Venezuela, es el actual director del periódicos digital Tal Cual, obligado a salir diariamente en internet pues la dictadura venezolana les hizo la vida imposible. El pasado 8 de noviembre su página web sufrió un ataque del régimen y mientras superaban la agresión informaron a través de Facebook. Malviven con el criterio de luchar sin doblegarse y sin encontrar en Euzkadi, por cierto, la menor solidaridad periodística, como también les pasa a esos vascos que habiendo cotizado toda su vida, no reciben un euro de algo que es suyo como es su pensión. Nada. Los pensionistas de los lunes podían tener un detalle en sus protestas, digo yo, pues son tan vascos como ellos.

Tal Cual lo fundó el ex guerrillero Teodoro Petkoff en el 2000, ante lo que se veía venir en Venezuela con Chávez, con el lema “claro y raspao” como declaración de intenciones y aunque nació como un diario impreso es ahora digital ante la imposibilidad de lograr papel por las presiones del régimen. En el año 2015 le dieron a su fundador Teodoro Petkoff el premio Ortega y Gasset y Maduro le impidió viajar a recogerlo. Hace dos semanas Petkoff fallecía en Caracas a los 86 años tras una vida de película. Era un intelectual de importancia mundial.

Guerrillero, comunista, escapado de la cárcel en dos ocasiones, fundador del partido Mas (Movimiento al Socialismo), fue ministro de Coordinación coaligado con el presidente democristiano Rafael Caldera y al darse cuenta de la tragedia que le llegaba a su país fue un firme opositor del chavismo a través de su trinchera Tal Cual, junto al vasco Coscojuela que fue, quien recogió aquel premio en el 2015 y es ahora su director. Gente de izquierda democrática de los que creen en la justicia y la libertad y no en el totalitarismo y el culto a la personalidad.

Tras su fallecimiento el político venezolano Henrique Capriles ha dicho de él que “Teodoro y su equipo lograron construir con las uñas, pero al mismo tiempo con la fuerza de las ideas, un territorio para el pensamiento. Cada línea suya, cada reclamación hecha al gobierno y a la oposición, cada reproche y cada espaldarazo traían consigo el aval de un hombre que nunca puso sus intereses personales por encima de los comunes, que nunca dejó de trabajar y que jamás desmayó en su empeño de hacerle un contrapeso inteligente y muy valiente al régimen. Su visión del totalitarismo, su rechazo a peligros como el culto a la personalidad, su cuestionamiento a las conductas revolucionarias y al populismo, u crítica a los movimientos de izquierda que falsearon sus objetivos envenenados de poder, todo eso está a mano de quien desee aprender de uno de los protagonistas de la izquierda política venezolana del siglo veinte”.

Y es que lo bueno de este hombre fue que no tuvo miedo de rectificar viniendo de la lucha armada guerrillera y eso en América es o matas o te matan, sin que eso significara desviar el objetivo común de hacer de Venezuela un país de justicia, de progreso, de libertad y de democracia. Solía decir que sólo los idiotas nunca cambian de opinión.

El jesuita de Bergara P. Luis Ugalde, gran autoridad moral en aquel país, destacó en su obituario que Petkoff desde la cárcel había meditado sobre el desacierto de la lucha armada venezolana y expresó su indignación ante la invasión de los tanques soviéticos para aplastar la llamada Primavera de Praga (1968), lo que le mereció el calificativo de traidor por parte del Secretario General del PC soviético. La honestidad en la autocrítica llevó a Teodoro a rechazar el Bloque Soviético y a la ruptura con la dictadura cubana y con la idea de un socialismo de vanguardia y democrático creó el Más (Movimiento al Socialismo) en 1971, librándose del dogmatismo, y abrió el camino de la izquierda hacia la democracia social. Camino iluminado por intensos debates y por su libro “Proceso a la izquierda” y numerosas reflexiones sobre el socialismo .Más tarde(2005),en pleno chavismo publicó “Las dos Izquierdas de América Latina”.

Su pensamiento crítico sacudió a toda la izquierda venezolana que la llevó al deshielo del dogmatismo marxista para entrar de lleno en el proceso democrático. Años después el bloque soviético, cuya condición estructural inhumana él denunció y repudió, terminó derrumbándose estrepitosamente dejando al descubierto sus miserias.

“Cuando Chávez se presentó como tentación para la izquierda, Petkoff no se dejó encandilar por ese militarismo mesiánico que en matrimonio con la dictadura comunista trajo el desastre actual después de una luna de miel” comentó el P. Ugalde El régimen le procesó y le prohibió su salida del país pero eso no le impidió seguir bregando por la libertad con una gran claridad y valentía. Hoy hubiera sido la gran referencia democrática para la machacada Venezuela.

Tuve la suerte de conocerle en uno de esos viajes parlamentarios de Observación electoral. En un aparte tuvimos una larga conversación. El se lamentó del silencio de la izquierda europea ante lo que estaba pasando en su país diciéndome que Chávez y Maduro de izquierda no tenían absolutamente nada porque aquello tan solo era una tiranía totalitaria caribeña apoyada por el carisma verborreico de Chávez y un ejército cubanizado, obsesionados con la eliminación de la propiedad privada, incapaces de generar riqueza y destruyendo a plazos la que había, creando inseguridad en las calles, dejando cabalgar la inflación, coartando la libertad de expresión, persiguiendo al disidente y controlándolo todo. Me hizo mucho hincapié en algo que él conocía bien como era y es la total injerencia cubana en un régimen corrupto como el venezolano que con eslóganes trataban de engañar a la opinión internacional, mientras desde la OEA, a Human Rights, pasando por La Haya, el Parlamento Europeo y la mayoría de países democráticos protestaban pero no hacían nada más, como con Franco, y a cuenta de la no injerencia permitían la crisis humanitaria que vivía el país más rico de América del Sur y de cómo el venezolano formado huía del país hipotecando el futuro de varias generaciones.

Petkoff me decía asimismo que no entendía como había durado tanto la lucha de ETA, ni sobre todo el silencio y apoyo que la Izquierda Abertzale tenía al chavismo. ”Dígales usted a esos vascos que pasen una semana aquí y verán in situ que lo que aquí ocurre y estoy seguro no lo quieren para allá y si lo quieren es que son comunistas disfrazados que con la emoción del nacionalismo pueden llevar a la sociedad vasca ,si algún día ganan, a la miseria más absoluta porque una cosa es el pueblo soberano idealista y defensor de lo suyo y otra cuestión muy distinta la dictadura del proletariado que aquí es la dictadura de los militares monitoreados desde La Habana que basados en la fuerza militar han arruinado un país. Dígales que vengan, que esto no es izquierda ni es nada y si siguen apoyando al chavismos dígales que ellos de izquierda no tienen nada porque esta se basa en valores de respeto a la persona y a todos los derechos humanos. La prueba del nueve es si condenan o no este régimen. Que no les engañen”.

Cuando murió Castro, Arkaitz Rodríguez en el Puerto de Donosti le organizó un homenaje con las frases revolucionarias de los sesenta terminando su perorata con el puño cerrado. Hemos vuelto a ver algo parecido en Mendizorrotza el 12 de octubre. Tras la muerte de Petkoff me he acordado de aquella conversación, aunque bien es verdad que nadie aprende en cabeza ajena. Seguro que Petkoff les hubiera dicho. ”Estáis todo el día con el derecho a decidir, ¿pero quién decide en Cuba, en Venezuela y en Nicaragua, regímenes que ponéis como modelo?”. Pues eso.

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