El diputado de ERC, Jordi Salvador, ha asegurado que "nunca he escupido a nadie" y que el ministro Borrell debería disculparse."No he hecho absolutamente nada, ni una palabra, ni un gesto despectivo... sólo digo una cosa, no hace falta dudar, yo nunca he escipido a nadie, no va conmigo", explicó.
También apuntó, ya sobre Borrell, que debería retractarse: "Si fuera el ministro, diría... me equivoqué, interpreté... pienso que tiene que disculparse (...) y decir, me he confudido".
En cuanto a su situación personal, Salvador dijo que ahora le hacen sentir "como si fuera la encarnación del mal" y que tiene su correo "colapsado". También confirma que ha recibido mensajes de varios diputados socialistas que estaban en las primeras filas y que por tanto pudieron ver el incidente del presunto escupitajo.
Por su parte, el portavoz del PDeCAT en el Congreso, Carles Campuzano, ha asegurado que en política se deben respetar "los sentimientos y razones de nuestros adversarios", en referencia a la polémica de Rufián y Salvador con Borrell.
Rufián, por su parte, ha asegurado un día después de la polémica que no se da por aludido en referencia a las declaraciones de Pedro Sánchez en las que pedía rebajar la crispación: "Espero que lo diga por su ministro, mentiroso desde ayer".
Sánchez pidió a Rufián que pida disculpas, al tiempo que recordó que él rompió relaciones con Pablo Casado líder del PP, cuando le descalificó, pero no con su partido "ahí está el malogrado acuerdo para la renovación del CGPJ".
El portavoz adjunto de ERC, Rufián, fue expulsado ayer del pleno del Congreso por la presidenta de la Cámara Baja, Ana Pastor, tras ser llamado al orden 3 veces al protagonizar un duro rifirrafe con el ministro de Exteriores, Josep Borrell. Rufián le acusó de ser "el ministro más indigno de la democracia". Por su parte, Borrell acusó a Rufián de verter sobre el hemiciclo una "mezcla de serrín y estiércol".
El republicano siguió hablando y gesticulando desde su escaño, sin hacer caso a las llamadas al orden, hasta que fue expulsado. En solidaridad, los otros 8 miembros de ERC salieron con él y al pasar por delante del ministro, uno de ellos, Jordi Salvador, hizo un gesto que el ministro interpretó como un escupitajo, algo que denunció al instante y que fue negado por su partido.
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