El Gobierno se moja con el escupitajo a Borrell: no cuestionará la palabra de su ministro

El Gobierno socialista al fin se ha mojado con respecto a la polémica del supuesto escupitajo del diputado de ERC Jordi Salvador al ministro Josep Borrell en el Congreso el pasado miércoles. La portavoz del Ejecutivo y ministra de Educación, Isabel Celaá, ha dicho que el Gobierno "no cuestionará" la palabra de su ministro, dando credibilidad oficialmente a su versión.

Se esperaba una repuesta y un posicionamiento oficial tras el incidente, ya que desde el mismo día del incidente, algunos diputados del PSOE negaron tal escupitajo del diputado catalán y no entendieron a su ministro por acusarle de tal gesto.

El diputado implicado, Jordi Salvador, aseguraba ayer que "nunca he escupido a nadie" y que Borrell debería disculparse:"No he hecho absolutamente nada, ni una palabra, ni un gesto despectivo... sólo digo una cosa, no hace falta dudar, yo nunca he escipido a nadie, no va conmigo". "Si fuera el ministro, diría... me equivoqué, interpreté... pienso que tiene que disculparse (...) y decir, me he confudido", añadió.

Todo empezó cuando el portavoz adjunto de ERC, Gabriel Rufián, fue expulsado el miércoles del pleno del Congreso por la presidenta de la Cámara Baja, Ana Pastor, tras ser llamado al orden por protagonizar un duro rifirrafe con el ministro de Exteriores. Rufián le acusó de ser "el ministro más indigno de la democracia". Por su parte, Borrell acusó a Rufián de verter sobre el hemiciclo una "mezcla de serrín y estiércol".

El republicano siguió hablando y gesticulando desde su escaño, sin hacer caso a las llamadas al orden, hasta que fue expulsado. En solidaridad, los otros 8 miembros de ERC salieron con él y al pasar por delante del ministro, uno de ellos, Jordi Salvador, hizo un gesto que el ministro interpretó como un escupitajo, algo que denunció al instante y que fue negado por su partido. Algunos diputados del PSOE, según asegura Salvador, le mostraron su solidaridad porque no vieron ese gesto.