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Esquerra Republicana, bastión de España

lunes 03 de diciembre de 2018, 11:23h

Hay muchos párrafos en EnfoCats, el plan estratégico de los golpistas catalanes, tendente a deslegitimar y destruir las instituciones de España. En uno de ellos se lee "Tenemos que hacer patente la imposibilidad de regenerar España y sus instituciones" y en otro, aún más específico, "Tenemos que generar un conflicto democrático de amplio apoyo ciudadano y orientado a generar inestabilidad política y económica mediante el descrédito permanente de las instituciones españolas. Este mecanismo de desgaste forzará al Estado a aceptar la separación de Cataluña o un Referéndum forzado."

Primero se cargaron el Estatuto. Luego vino el Constitucional al que han estado insultando públicamente desde hace una década. Luego ensuciaron su propio parlamento aprobando leyes ilegales. Luego vinieron la Guardia Civil, la Policía Nacional y el juez instructor del caso contra los golpistas. Siguió el Tribunal Supremo y ahora, desde hace un par de meses, el objetivo es llenar de heces el Congreso de diputados de miércoles en miércoles y para eso tienen en nómina a un bobo peligroso que no distingue un libro de un cazo.

Los independentistas, toca ya verlo con claridad, tienen un plan milimetrado para destruir España pues saben que es la única forma de conseguir su independencia (aparte de la legal, pero esa requiere demasiados tiempo, esfuerzo y democracia para estos émulos de Elbridge Gerry, inventor del gerrymanderismo (1814) o manipulación de las instituciones democráticas). Su plan reproduce un punto clave: Cuanto peor para España, mejor para "su" Cataluña.

En psiquiatría se define la agresión pasiva como la "la expresión indirecta de la hostilidad a través de la dilación, el humor hostil, la terquedad, el resentimiento y la repetida omisión deliberada para realizar las tareas requeridas de las que uno es responsable." Solo faltan las fotos de Rufián, Tardá y Puigdemont al lado.

La llegada de Vox al escenario político con un 11% del parlamento andaluz muestra un hartazgo claro y profundo del español promedio. Para casi todos los analistas, las actuaciones del Patán Charnego y el histriónico Tardá, han sido claves para el advenimiento y crecimiento de la ultraderecha en España. Por supuesto, ellos lo saben pues que lo propician con su instrumentalización habitual: la Alt-Right les da las gracias.

Alt-Right, derecha alternativa: en Vox ya no se trata solo de pijos ricos de derecha y castellanos; la experiencia andaluza muestra que una parte de la clase media media ha votado a Vox, hartos de la tibieza del PSOE, hartos de los happenings de cada miércoles en el Congreso de diputados, hartos de que un grupúsculo de nazis racistas con barretina pongan en solfa una tras otra las instituciones del estado. Vox es la fiebre, la enfermedad es el independentismo. Nosotros, la gente, el enfermo.

En cada país la ultraderecha ha ido ganando avance en los últimos años y se ha ido retroalimentando de las miserias pequeño burguesas de cada sociedad: en Inglaterra, el bréxit; en Grecia e Italia la mordaza económica europea; en Noruega y Suecia el pavor a los mediterráneos y bálticos en general; en Alemania la rabia contra los turcos; en Estados Unidos los spanish de toda laya. La ultraderecha gana cuando la democracia y el concepto de igualdad pierden. Que los supremacistas catalanes hayan estado repitiendo durante la última década en cuanto micro han encontrado que son mejores que los españoles, ha hecho mucho por Vox en Andalucía y en toda España y los veremos en unos meses en el Congreso de diputados.

Hoy en Waterloo los supremacistas están aplaudiendo con las orejas, regocijados por su éxito "enfoCat", reunidos con el racista que preside la Generalitat. Ahí están, rascándose la panza tibia, holganza pagada con el dinero de las buenas gentes que en su estulticia provocada se han creído las sandeces esteladas. En unos meses llegará la Santa Alianza, Married & White, Alberto Carlos y Santi "Curro Jiménez" Abascal, los tres que creen que el 155 de hace un año largo fue un simulacro de la Señorita Pepis y que apuestan por uno de verdad, uno de pelo en pecho y Veterano Osborne. Entonces esos Abbott y Costello low cost que son Tardá y Rufián, se cagarán encima y ya no habrá remedio, ni aunque llamen a Moncloa rogando que les dejen votar sí a los presupuestos 2019.

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