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Brexit: ¿con Acuerdo o sin Acuerdo?

viernes 14 de diciembre de 2018, 10:56h

El Brexit como proceso era, es y será complicado. La situación política en Reino Unido ve aumentada su inestabilidad. Sus oscilaciones pendulares, y bandazos, descolocan a las empresas, los ciudadanos, a las instituciones académicas y a los líderes de los distintos Estados europeos que se ven afectados por las consecuencias previsibles de este proceso.

La Primera Ministra británica ha tenido que enfrentarse esta semana a una rebelión de su partido. Un sector muy crítico con su gestión ha presentado una moción de confianza contra su liderazgo, después de superar la votación y de salir airosa. Ahora cree tener por delante unos meses de calma. En el Parlamento, estaba prevista la votación del Acuerdo de transición para el 11 de diciembre, que ha tenido que posponerse ante la falta de apoyos para ratificar el Acuerdo.

La sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha abierto claramente el camino para revocar la solicitud del Brexit. La Primera Ministra británica, tras superar el debate de su partido en el que ha quedado claro que al menos un tercio de sus miembros los tiene en contra, ha emprendido ahora una gira por las diversas capitales europeas, cuyos primeros encuentros han dejado bien claro que aunque se entiende la situación del Reino Unido, ni los líderes de las instituciones comunitarias, ni los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea están dispuestos a mover ni un centímetro las soluciones acordadas en el Acuerdo transicional.

Esto es lo que ha quedado claro en el Consejo Europeo de 13 de diciembre del 2018 en donde el presidente Donald Tusk ha reiterado su deseo de “establecer en el futuro una Asociación tan estrecha como sea posible con el Reino Unido” sin alejarse ni un centímetro del acuerdo establecido. El problema que se pretende resolver es el denominado como “backstop” y para ello, la Unión Europea se ha propuesto trabajar velozmente ya que este elemento es el que más disenso ha suscitado no solo entre los miembros de la Cámara de los Comunes, sino entre las filas del partido conservador, porque alimenta el discurso de que una parte importante del Reino Unido, cómo es Irlanda del Norte, se mantendrá alineada con los estándares comunitarios, sin que pueda intervenir en la adopción de dicha reglas. A eso le han denominado ser un “estado vasallo” y los británicos es lo que no quieren convertirse una vez que el Brexit se lleve a cabo.

Las Instituciones Comunitarias se han curado en salud y han asegurado que dicha activación solo se producirá de manera temporal, el backstop no es una solución indeterminada, es simplemente una salvaguarda que se activa para evitar una frontera dura entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda. El verdadero compromiso es sellar un acuerdo lo más prontamente posible, si puede ser con anterioridad al 31 de diciembre de 2020. No obstante, la superación de dicha fecha, sin un Acuerdo final, podría alargar la salvaguarda y la Unión se ha comprometido a no alargarla más de lo estrictamente necesario.

En Reino Unido estas palabras suenan vacías, puesto que los miembros del Parlamento seguirán insistiendo en obtener mayores garantías para evitar que Irlanda del Norte se convierta en una Provincia Europea sujeta a las normas y la jurisdicción de las Instituciones Comunitarias. Por lo tanto, hay un serio riesgo de que cada vez esté más cerca un escenario sin Acuerdo. La Unión Europea es conocedora de esta realidad, de hecho el último párrafo de las Conclusiones del Consejo Europeo son esclarecedoras al incluir la voluntad de que: “Se intensifiquen los trabajos relativos a la preparación para las consecuencias de la retirada de Reino Unido a todos los niveles, teniendo en cuenta todas las posibilidades”.

Esto apunta consecuentemente a un Brexit sin Acuerdo, Acuerdo que cada día se vuelve más complicado de aprobar o a un posible escenario donde no exista entendimiento y Reino Unido se adentre en el peligroso desfiladero de una salida desordenada, generando inseguridad jurídica y carente de todo acuerdo de transición. Un brexit sin Acuerdo evidentemente no puede satisfacer ni a Gran Bretaña, ni a la Unión Europea.

Rogelio Pérez-Bustamante

Catedrático Jean Monnet ad personam

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