Japón anunció el miércoles su retirada de la Comisión Ballenera Internacional -organización internacional con 89 miembros para la preservación de esta especie- con el objetivo de "reanudar la caza comercial", desafiando a los defensores de los cetáceos 30 años después de haber puesto fin a esa práctica, al menos oficialmente.
Según las previsiones del gobierno nipón la medida entrará en vigor el próximo mes de junio y afectará únicamente a las aguas territoriales de Japón.
Asimismo, las autoridades japonesas justificaron la medida argumentando que los científicos habrían detectado un aumento de la población en algunas especies de ballenas.