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Pedro Duque y las pseudoterapias

viernes 28 de diciembre de 2018, 07:31h

Con 48 horas de diferencia, el titular de Ciencia, Innovación y Universidades, Pedro Duque, ha hecho públicas dos iniciativas que exigen mucha cautela.

La primera ha sido renovar el reglamento de disciplina académica en las universidades, que data de 1954. Ya era hora de actualizar una norma tan obsoleta, tras casi 65 años, que atañe a usos, modos y costumbres de generaciones muy anteriores a los universitarios de hoy, nietos o bisniestos de aquellos.

El propio Duque ha confesado su estupor porque “ningún gobierno de la Democracia ha cambiado esta norma”, a pesar de las continuas demandas de la comunidad universitaria en democracia. Pero también reconoce que hay que ser cautos.

Deduzco que su cautela será debida a que los ánimos de renovación podrían incurrir en una laxitud excesiva, o en lagunas. El tema de la disciplina en la educación es siempre espinoso y basta saber que el reglamento a cambiar es del Régimen franquista para dejarse llevar por una “fuerza centrífuga”, de negación y rechazo, que lleve a extremos opuestos, pero igualmente maximalistas. Cautela, pues.

La segunda iniciativa es la lucha contra las “pseudoterapias”. Parece que el ministro de Ciencia y su homóloga en Sanidad, María Luisa Carcedo, se han erigido en abanderados contra la charlatanería, el fraude y la bazofia curandera que tanto abunda.

Aquí hay que tener tanta prudencia como en el tema disciplinario.

He tenido ocasión de hablar con la doctora Nuria Lorite al respecto y ella está a favor de una regulación en el sector sanitario y parasanitario. Es más, lleva décadas luchando por una normalización. Pero no por 'cualquier' normalización.

La doctora Lorite está considerada internacionalmente una de las mejores especialistas de la Medicina Tradicional China en Occidente. Treinta años de ejercicio profesional la avalan; treinta años y un montón de titulaciones oficiales, como la de Doctora en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid y la de Licenciada en Medicina Tradicional China por la Universidad de Pekín, entre otras muchas.

Nuria Lorite teme que un excesivo afán regulatorio del Gobierno declare proscritos a todos los que se salgan de la ortodoxia oficialista (ella misma, por ejemplo), aunque permanezcan dentro de la más estricta legalidad.

Confío en que la doctora Lorite perdone mi indiscreción de revelar sus inquietudes, manifestadas en una conversación que no estaba planteada como entrevista. Pero es que ha hecho matizaciones importantes que merece la pena destacar.

El Gobierno anuncia una ofensiva contra las “pseudoterapias”, que son un riesgo para la salud. Pero ha metido en el mismo saco a la acupuntura y la homeopatía, cuando hasta la UNESCO considera que la primera es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y acaba de celebrar en su cuartel general de París (15 de noviembre), el Día Mundial de la Acupuntura.

Pedro Duque debería aplicarse esta cautela a la que tanto apela, para no incurrir en estos excesos, más inquisitoriales que regulatorios, de los que ya ha dado los primeros indicios.

Excesos regulatorios que prohibirían todas las terapias no convencionales y dejarían al sector de la salud sin competidores para las grandes compañías sanitarias, muchas de ellas multinacionales, como si fuera un oligopolio.

Con una prohibición generalizada, y por tanto indiscriminada, el Gobierno empujaría a más de dos millones de usuarios de terapias no convencionales en España a la clandestinidad, corriendo, entonces sí, un grave riesgo de caer en manos de “curanderos”, “matarifes” y falsos especialistas sin aval científico.

Pedro Duque afirma que su “lucha anti-pseudociencia” tendrá un enfoque basado en “hechos reales y constatables”; que la Medicina convencional es la que se basa en “evidencias científicas” y que su Ministerio creará un Registro 'online' de plazas científicas.

Esperemos que ese Registro no acabe siendo un “derecho de pernada” gubernamental que acredite como científicos a unos o niegue esta condición a otros, por criterios políticos o ajenos a los estrictamente académicos y científicos.

El ministro Duque no debe olvidar que el principal modelo de investigación científica es el empírico; es decir, la experimentación y la observación de fenómenos y su análisis estadístico.

El método empírico es el que acredita a la acupuntura y a otras disciplinas sanitarias “no convencionales” como la Medicina Tradicional China. Ésta es “otra medicina”, distinta de la occidental. Pero es medicina, al fin y al cabo. La experiencia sanitaria del país más poblado del mundo así lo viene demostrando desde el inicio de todos los tiempos.

Pedro Duque haría bien en asesorarse de expertos como la doctora Nuria Lorite Ayán antes de iniciar una regulación que podría cometer graves errores. La doctora Lorite ha participado en procesos de regulación profesional en otros países, así como en la elaboración de planes de estudio, dentro y fuera de España.

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