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Irán: la tierra de Omar Kahayam, Scherezade y las cúpulas azules

Irán: la tierra de Omar Kahayam, Scherezade y las cúpulas azules

sábado 05 de enero de 2019, 11:12h
Aunque Irán posee más de 30 lugares protegidos y de Patrimonio de la Humanidad reconocidos por la Unesco, hay que decir que su bien más apreciado por el forastero es, sin duda alguna, su gente. Impacta la simpatía y amabilidad que expresan con sinceras sonrisas, cuando no, con palabras, porque los más jóvenes chapurrean algo de inglés y están ansiosos de practicarlo. Eso transmite la sensación de confianza y seguridad a todos los visitantes de este país, rico en historia, cultura, tradición, arquitectura, jardines esplendorosos, paisajes de lo más variado, gastronomía...

Para situarnos, Irán es como un puente entre Occidente y Oriente, con Armenia, Azerbaiyán, el mar Caspio y Turkmenistán, al norte; Afganistán y Pakistán, al este; el Golfo Pérsicoal sur, que lo separa de Omán, Qatar, Arabia Saudí y Kuwait; e Iraq al oeste.Hay restos de civilizaciones antiguas fechados en el año 4.000 a.C., pero fue Ciro el Grande quien fundó el primer gran imperio persa, los aqueménidas, en aproximadamente 550 a.C. Asentó su capital en Persis (Persépolis) y durante más de doscientos años,los persas dominaron todo el territorio desde los Balcanes, el norte de África y Mesopotamia, hasta Asia Central.

Cuando llegó Alejandro Magno en 322 a.C., con la intención de destruir Persépolis, se enamoró de ella, y estableció allí su reino,basado en la tolerancia de las distintas etnias y religiones, incluyendo el antiguo culto zoroástrico de los persas.Hay un dicho persa: “Los iraníes no se convirtieron nunca en invasores, pero los invasores se volvieron iraníes”, y el mejor ejemplo es Alejandro el Grande.La conquista islámica de Persia empezó en el siglo VIII y en 1501 se creó un nuevo país bajo la dinastía safávida, que sería gobernado por un Sha, siendo los últimos Reza Pahlavi (1925-1941) y su hijo, Mohammad Reza Pahlavi (1941-1979); éste tuvo que exiliarse cuando se proclamóla República Islámica de Irán el 1 de abril de 1979.

Su situación tan estratégica explica las continuas guerras, invasiones y ataques a los que ha tenido que enfrentarse la vieja Persia y que ha marcado la historia e incluso hasta el carácter de la gente. Aunque Irán es claramente un país islámico, nuestras guías nos repetían con insistencia y orgullo que los iranís no son árabes, sino persas, con una larguísima historia de más de siete mil años.Nosotros empezamos nuestro viaje en Shiraz, en el sur, para hacer un fantástico recorrido, que terminó en la modernísima capital del país,Teherán, en el norte, una ruta que reflejaba una progresión lógica en la historia y el desarrollo del país, desde la antigüedad hasta la vanguardia de hoy.

En la bella ciudad de Shirazvisitamos la enorme Mezquita de Vakil, la Mezquita Nasir-al Molk con sus bellas vidrieras, el baño antiguo de Vakil, con una lograda escenografía, el Santuario de Ali Ebn e Hamzeh, el Argo Ciudadela de Karim Kan, el bazar y las tumbas de los grandes poetas Hafez y Saadi, que por ellos se llama Shiraz,la Ciudad de los Poetas. A 70 kms al norte de Shiraz está la impresionante ciudad de Persépolis, capital del imperio persa, cuya construcción, comenzada por Darío I el Grande en aproximadamente 518 a.C.duró dos siglos, hasta la conquista del imperio por Alejandro Magno en 331 a.C.

Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979, es un enorme recinto arqueológico cuya entrada, la Puerta de Todas las Naciones, que formaba parte del palacio del mismo nombre, nos da la bienvenida a una terraza monumental y un complejo con restos de palacios que fueron majestuosos en su día, como el Palacio de Apadana, el Palacio de Hadesh, el Palacio de las Cien Columnas, el edificio del Tesoro, y el Palacio de Triplylon, con bajorrelieves de la época de Artajerjes I y escritura cuneiforme que nos cuenta mucho sobre la historia del país persa. La vista desde arriba en el monte, ante la tumba saqueada de Artajerjes II, es inolvidable.

Dirigiéndonos después a Yazden el centro del país, paramos también en Pasargad, donde está enterrado Ciro el Grande,y Nagsh-e Rostram, con las tumbas excavadas en la montaña de cuatro reyes aqueménidas, Darío el Grande, Jerjes I, Artajeres I y DaríoII, que nos recuerda mucho al enclave arqueológico de Petra en Jordania. Bellos bajorrelieves esculpidos en la piedra debajo de las tumbas reproducen momentos históricos de la era sasánida, como batallas, victorias y coronaciones. Reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, Yazd es uno de los pueblos de adobe más grandes y hermosos del mundo, y entre sus muchos monumentos importantes destacan la Torre del Silencio, las Torres del Aire, con su sistema rudimentario, precursor del aire acondicionado, la Mezquita del Viernes con su bella cúpula, el Templo del Fuego, cuya llama arde desde hace 1.500 años, la Mezquita Jame, el Complejo de Amir Chajmaq, formada por la plaza, la mezquita, un templo zoroastriano y una sinagoga, y el GranBazar, que no podría faltar en ninguna localidad iraní de importancia.

Isfahán es famosa en el mundo entero por sus apreciadas alfombras, aunque tiene mucho más que ofrecer. Bella es su enorme plaza de Naghsh e Jahan o plaza del Imam por los cuatro costados,presidida por la gran Mezquita del Imam, del siglo SVII, y flanqueada por el palacio de Ali Qapu en el ala oeste, de cinco plantas, residencia del Shah Abbas en el siglo XVI, la Mezquita de Sheikh Lotfollah y, detrás,el Palacio de Chel Sotun, con sus magníficos murales tan bien conservados. También hay que citar en Isfahán la Mezquita del Viernes con su antiquísimo mihrab de Oljaitu y los históricos puentes de Jayu y Si-o-se-Pol sobre el río Zayandeh; este último con gran ambiente por la noche, con grupos de jóvenes cantando con guitarras, bajo sus 33 arcos.

El Bazar de Isfahán, que rodea la gran plaza del Imam, es una delicia, tanto para hacer compras como para simplemente disfrutar de la diversidad de los colores y de los aromas de las especias. Tiene una oferta magnífica de artesanía de todo tipo: alfombras, tejidos de seda, objetos de oro y plata, artículos de decoración de cobre, miniaturas, pasminas, bisutería étnica, joyería de calidad, además de dulces, los clásicos pistachos, especias de todo tipo y color y algunas antigüedades. Obviamente hay que regatear como en cualquier bazar.Los persas desde la antigüedad se han mostrado muy respetuosos con la naturaleza, algo que pudimos disfrutar en la granja ecológica de Matin Abad, creado en 2008. A unos 170 kilómetros de Isfahán, este oasis en pleno desierto es un gran complejo que nos brinda la oportunidad de descubrir las verdaderas raíces de la gente de la zona, con la cocina local, las tradiciones, la música, el baile y la posibilidad de hacer trekking, montar en camello, dormir en un jaima o contemplar el cielo estrellado del desierto.

Nosotros tuvimos el privilegio de ser invitados a visitar el cercano Santuario de Agha Ali Abbas, visita para la cual las mujeres tuvimos que ponernos un ligero chador, realmente una especie de sábana, para poder entrar en la sección femenina de la Mezquita, cuya antesala estaba resplandeciente con azulejos, cristales de colores y espejos. Una vez dentro de la zona reservada,nos encontramos a las mujeres sentadas en las alfombras, charlando alegremente con los niños jugando alrededor, y nos hicieron sentir bienvenidas de inmediato. Las más jóvenes intentaron practicar sus conocimientos limitados de inglés, repitiendo una y otra vez la palabra: Welcome.Como Matin Abad está situado a unos 325 kilómetros de Teherán, hacemos nuestra primera parada en ruta en el pueblo pintoresco y singular deAbyaneh, con sus casas de adobe rojizo y una mezquita que data de 1085. Este pueblo ha cambiado poco en sus 2.500 años de existencia y los habitantes aún visten como sus antepasados, respetan las costumbres de antaño y hasta hablan su propio dialecto.

Seguimos después a Kashan, donde visitamos el Jardín del Fin, que demuestra una vez más que Irán tiene justa fama en el mundo entero por sus bellos jardines persas, verdaderos oasis, con un diseño rectangular y amurallado, fuentes, canales de agua, estanques, árboles frutales, flores y lujosos palacetes.Y finalmente llegamos a Teherán, una ciudad impresionante y moderna, situada entre los Montes Albroz, frecuentemente cubiertos de nieve, y el desierto. Una gran metrópolis, con una red moderna de Metro que, debido a la inmensa extensión de la ciudad y los tremendos atascos, es tal vez la mejor manera de desplazarse.Hay que visitar el Palacio de Golestán o el de Las Flores que se encontraba en lo que era el Arg, la ciudadela construida durante el reinado de Talmasb en el siglo XVI. El Palacio ha sido testigo de más de 400 años de historia y fue la residencia oficial de la dinastía Pahlevi, desde 1925 hasta 1979, año en que el último Sha de Persia, Mohammed Reza Pahlevi tuvo que abandonar el país con su familia.

Fue el rey Nasereddin, el primer rey iraní en viajar por Europa, quien dotaría el palacio con su mayor esplendor, como vemos en el Salón del Trono, el Negar Khanen, la Sala de Exposiciones (de clara influencia europea), el Salón de Audiencias, el de Espejos y el de Marfil.Se visita el impresionante Museo de las Joyas, situado en una cámara acorazada en el sótano del Banco Nacional de Irán, custodiado, con razón, con las más altas medidas de seguridad, ya que sus fondos están superados en tamaño y valor sólo por los Crown Jewels, las Joyas de la Corona Británica, expuestas en la Torre de Londres. Aquí se puede admirar entre otros tesoros, el Trono de Nadir, las tiaras de Farah Diba (1958), la corona de Pahlavi (1925) y el globo terráqueo en relieve con joyas dibujando los siete continentes en detalle.Encontramos en Teherán una gran oferta de museos y monumentos como el Palacio Niavaran, donde residía el Sha Reza Pahlevi con su esposa Fara Diba y sus cuatro hijos, mucho más sencillo y “habitable” que el de su padre, el Golestán.

Otros lugares de interés son el Museo de Arqueología, la Torre de Azadi o Torre de la Libertad, que es el símbolo de la ciudad, y, por supuesto, su enorme bazar. Tierra de grandes arquitectos, científicos y poetas, al hablar del viejo Persia, no hay que olvidar citar tal vez el de más fama internacional, Omar Jayam (o Khayam), que nació en Nishapur, en 1048. Aunque fue un destacado científico, matemático, filósofo, historiador y astrónomo, ganó más fama en el mundo como poeta, con su precioso libro en verso, El Rubaiyat.En el libro habla de la importancia de la educación, la ciencia, la moralidad y como conseguir la felicidad.Otro personaje importante en la legendaria historia de Persia es Sherezade y Las mil y una noches, el libro de narraciones fechado en el siglo IX. Tras descubrir la infidelidad de su primera esposa, el sultán Shariar decidió no confiar en ninguna mujer… y cada vez que se acostaba con una joven, la mandó ser decapitada al día siguiente, hasta que le tocó a la bella e inteligente Sherezade, que concibió un plan para esquivar una muerte segura.

Tras una noche de amor, ella empezaba a contar al Sultán un cuento sin acabarlo por cansancio, prometiendo hacerlo al día siguiente. Así lo hizo durante mil y una noches, y el rey, tan feliz a su lado, la perdonó la vida yla convirtió en la reina de su imperio.Un país muy ecológico, los persas han mostrado siempre una preocupación por la tierra y la naturaleza desde tiempos antológicos, reflejada en su proceso de enterramiento antiguo para no contaminar la tierra, así como en las canalizaciones de agua potable y los subterráneos de residuos. Hoy en día destaca además la limpieza de las calles y la excelente infraestructura de las carreteras. Cosas negativas tiene que haber siempre,como el caótico tráfico en las grandes ciudades, sobre todo, en Teherán, pero con una población de trece millones de habitantes, es algo lógico. Por lo tanto, no es aconsejable pensar en alquilar un coche, ya que hay que jugarse la vida y “encomendar el espíritu a Alá” simplemente para cruzar la calle.

También existen ciertas normas que se debe respetar en el vestir. Hay que aceptar de antemano que la mujer está obligada a llevar el velo siempre en público -que es realmente un sencillo pañuelo sobre la cabeza- y sólo se lo puede quitar en la intimidad de la habitación del hotel. Las mujeres deben llevar pantalones o faldas largas y los hombres, evitar pantalones cortos y camisetas. Además, llevar corbata es una prenda desaconsejada por su asociación con la típica vestimenta occidental. La religión musulmana prohíbe el consumo de alcohol y en Irán se respeta esta regla a rajatabla hasta en los hoteles de lujo, pero la cerveza sin alcohol local resulta ser un excelente sustituto.En resumen, Irán es un país maravilloso con un extraordinario patrimonio histórico, artístico y cultural, y como decimos anteriormente una riqueza humana y espiritual que le hará enamorarse de la Antigua Persia..

NFORMACIÓN PRÁCTICA:

-Salen vuelos diarios en Qatar Airways a Shiraz y Teherán, vía Doha (Qatar), desde Madrid y Barcelona.-Es una buena idea contratar el viaje por medio de una agencia y podemos recomendar Iran Doostan Tours (www.irandoostan.com).-Hay que obtener un visado antes de ir, con un pasaporte que no lleve sello del estado de Israel, y que tenga por lo menos seis meses de vigencia.-Hay dos horas y media de diferencia entre Irán y la península española.-La corriente es de 220 V y las clavijas son redondas como las españolas.

-La moneda oficial es el rial iraní y un euro equivale a aproximadamente 150.000 riales, así que es fácil sentirse “millonario”. No se suele aceptar tarjetas de crédito internacionales, así que es recomendable llevar euros o dólares en pequeñas denominaciones e ir cambiando poco a poco según la necesidad. También es posible hacer compras en euros y pedir la vuelta en euros o riales.

-El 91% de la populación practica el islam chiíta, y el 8% es sunita, aunque hay también cristianos, judíos y discípulos aún de la vieja religión,Zaratustra.-

Compras: Alfombras, un arte milenario inventado por los persas, tapices, batiks, seda, miniaturas, cobre cincelado, marquetería, madera tallada, cerámica, mosaicos, dulces de pistacho, baklava, …

-Hoteles:Shiraz: Grand Hotel, Elizeh HotelYazd: Hotel Moshir Garden, Hotel Dad, Hotel Khane DohadIsfahan:Hotel KowsarTeherán: Hotel Homa, Hotel Espinas Palace (algo retirado, pero de gran lujo), Hotel Novohotel, cerca del aeropuerto

-Restaurantes:Isfahan: El restaurante Shahrzaad y el restaurante Setareh en el Hotel Aseman, que, además de su gran cocina, gira lentamente, 360º, proporcionando unas vistas espectaculares de toda la ciudad.

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