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Cómo detectar si nuestros hijos tienen altas capacidades
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(Foto: Pixabay)

Cómo detectar si nuestros hijos tienen altas capacidades

miércoles 27 de febrero de 2019, 13:32h

Retomamos el tema de las altas capacidades. A las familias siempre les digo que todo pasa por estar bien informados, así que vamos a intentarlo.

¿Qué nos hace sospechar que tenemos un/a hijo/a o un/a alumno/a con este perfil?

  • Vocabulario avanzado para su edad.
  • Diferentes intereses.
  • Muchas y diferentes formas de resolver problemas.
  • Gran curiosidad.
  • Perfeccionismo
  • Autocrítica.
  • Baja tolerancia a la frustración.
  • Transferencia de aprendizajes.
  • No paran de pensar, a veces te dicen: “ojalá tuviera un interruptor”.
  • Intensidad emocional, hipersensibilidad.

Las familias suelen ser buenas predictoras: tengamos en cuenta su opinión cuando este tema les inquieta. En cuanto a edad para la valoración, yo recomiendo a partir de 3º de Educación Infantil. Aunque hay factores, como la capacidad intelectual, que se consideran más estables a partir de los 7 u 8 años, me inclino por la detección precoz porque son alumnos que aprenden de manera diferente y necesitan ser comprendidos y atendidos tempranamente para prevenir dificultades de aprendizaje y ayudarles a actualizar su potencial.

Sin embargo, en España, el 95% del Alumnado con Altas Capacidades Intelectuales, no está identificado ¿Qué les hace “invisibles” en clase? La falta de formación de los profesionales sobre este tema y los mitos, estereotipos y falsas expectativas.

Por ejemplo, relacionar alta capacidad con alto rendimiento o pensar que si no saca sobresaliente en todo, si no destaca, si hace preguntas sin sentido, no es de alta capacidad. Un tercio de este alumnado pasa inadvertido, otro tercio destaca en muchas áreas y el resto, fracasa. Tienen un aprendizaje más rápido que la mayoría de sus compañeros, lo que puede hacer que “desconecte” ante las clases repetitivas y monótonas: necesitan algunas medidas pedagógicas para evitar su desmotivación, para que no sientan que “no quieren ir al colegio porque se aburren”. Una posibilidad es generar entornos que permitan un enriquecimiento al que puedan sumarse otros alumnos motivados o que también terminen antes.

¿Y dónde quedan las niñas? Hay tantos niños como niñas con AACC, pero la proporción de dictámenes es de 30 frente a 70. Parece que las niñas tienden a cumplir las expectativas propias de su rol femenino, por no hablar de la adolescencia, donde prefieren pasar desapercibidas para encajar socialmente. Hace no mucho una madre de mellizos (niño y niña), me pedía valorar a su hijo porque, además de otros indicadores, “molestaba en clase”. Le pregunté si quería valorar también a su niña y me contestó que no porque “ella es buena”.

Imaginemos que familia y profesores solicitan la valoración y obtienen un dictamen de alta capacidad ¿qué hacemos con el informe? Lo más importante: coordinación entre familia y centro educativo. En las valoraciones el cociente intelectual nos ofrece orientación sobre el perfil cognitivo de la persona evaluada y nos indica sus puntos fuertes y débiles. ¡Ojalá todos los alumnos pasaran por este estudio! Sería un tesoro para trabajar con ellos. Este perfil debería ser recibirdo en los colegios como una información sobre las potencialidades, que deben ser trabajadas de manera diferente.

Avanzar hacia la inclusión pasa porque nuestras escuelas se comprometan con un cambio profundo: de infraestructura, organización, espacios, metodología y, sobre todo, de actitud. La alta capacidad existe y hay que atenderla. Es un potencial que, bien encauzado, puede servir para que sean personas que ayuden a los demás, que luchen en la construcción de un mundo mejor, que encuentren soluciones creativas para algunos problemas que afectan a las personas, al planeta...Una responsabilidad para los padres, los profesores, el sistema y para ellos mismos.

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