Nueva Zelanda restringe la venta de armas tras el atentado en Christchurch mientras Vox promueve su liberalización en España

La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, anunció el jueves una prohibición inmediata de la compra de fusiles de asalto y semiautomáticos, en respuesta al atentado de Christchurch, en el que murieron 50 personas.

Una decisión que llega en medio de propuestas radicalmente contrarias en nuestro país por parte de Vox. La formación de ultraderecha ha apostado por facilitar la venta de armas para la defensa personal de los "españoles de bien".

A fecha 20 de diciembre de 2018, un total de 8.459 licencias de armas tipo 'B' estaban en vigor en todo el territorio del Estado, cifras elevadas respecto a años anteriores.

"Esos datos no generan seguridad ni sosiego. El número de peticiones denegadas al mismo tiempo, demuestran que muy poca gente de la que lo solicita se queda sin ella. Sociedades como la norteamericana, con una costumbre asentada de poseer armas de uso particular entre la sociedad civil, arrojan a unos índices de asesinatos y criminalidad muy superior a la media del mundo occidental. No podemos ir hacia un modelo enfermo, porqué no soluciona nada, simplemente crea un problema más grave, ya que se estima que más de 33.000 personas mueren en EEUU al año por armas de fuego y el rechazo hacia las armas es creciente en estos mismos países", denunció el senador territorial de Compromís, Carles Mulet, tras recibir las cifras en una reciente respuesta parlamentaria por parte del Gobierno.

Las licencias de armas B tienen una duración de tres años y son descritas como carabinas y pistolas, de ánima lisa o rayada y de un solo tiro y revólveres de acción simple, accionadas por aire u otro gas comprimido no asimiladas a escopetas, o lo que es lo mismo, las pistolas y revólveres para uso particular.

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