No fue ayer un día favorable para la zona euro en lo que a datos económicos se refiere. En marzo, la confianza económica descendió más de lo esperado, debido fundamentalmente al deterioro de la industria y los servicios.
El índice retrocedía a 105,5 puntos desde los 106,2 de febrero. También, un indicador de las expectativas de inflación a largo plazo caía a su nivel más bajo desde septiembre de 2016, ante las expectativas de que el BCE mantendrá los tipos de interés bajos durante más tiempo. Tampoco en EE.UU. los datos fueron positivos. El dato final del PIB en el cuarto trimestre fue +2,2% frente al +2,4% que espera el consenso de mercado y las ventas de viviendas de segunda mano cayeron inesperadamente en febrero, al tiempo que se revisaba a la baja el fuerte incremento publicado el mes anterior.
Haciendo contrapeso positivo a todos estos datos, un informe apuntando que EE.UU. y China han logrado progresos en todas las áreas de sus conversaciones comerciales, aunque sigue habiendo puntos de fricción y no existe un cronograma definitivo para un acuerdo.
Ayer, el vicepresidente de la Fed señalaba que las estrechas relaciones comerciales y financieras de EE.UU. lo han expuesto a “contagios” cada vez más frecuentes, añadiendo que siempre que los inversores consideren al dólar como un activo de refugio, aumentando su valor en tiempos de crisis y provocando caídas en los tipos de interés en EE.UU., el país tendrá que prestar atención a ello.