Las actas de la última reunión del BCE muestran que los miembros del comité debatieron el riesgo que representan unos tipos de interés ultrabajos para los bancos. “Se expresó preocupación por el hecho de que, con el tiempo, los efectos de unos tipos persistentemente bajos podrían deprimir los márgenes y la rentabilidad de los bancos, con efectos negativos en la intermediación de los bancos y la estabilidad financiera a largo plazo", señalan las actas.
No obstante, el temor a una fuerte desaceleración en el crecimiento económico pesó lo suficiente como para que la institución cambiase de rumbo, retrasando la subida de tipos de interés hasta 2020, y ofreciese a los bancos un nuevo mecanismo de préstamos baratos. Los dirigentes del banco argumentaron que ahora la inflación tardará aún más en alcanzar el objetivo del BCE, dada la incertidumbre generalizada, y las proyecciones de crecimiento aún corren el riesgo de ser "optimistas", incluso después de haber sido recortadas varias veces. Menos preocupación por la economía de EE.UU. muestra su presidente.
Ayer escribía en Twitter: "¡Pese a las medidas innecesarias y destructivas tomadas por la Fed, la Economía está sólida, los pactos (con) China y USMCA están progresando, casi no hay inflación, y el optimismo de EEUU es muy alto". La semana pasada dijo que la Fed se equivocó al subir los tipos y su principal asesor económico afirmó que el presidente cree que el banco central debe revertir su política y rebajar los costes de los préstamos.