Angustia en niños exploración con el juez

En la actualidad, los procesos de divorcio están aumentando y en los casos en los que no se llega a acuerdo entre las partes, donde existen menores y se pelea por su custodia, el procedimiento es aún más complicado.

Ante esto, debemos comentar los dos procesos que se llevan a cabo, donde están inmersos los menores. Uno de ellos es la evaluación por parte del equipo psicosocial del juzgado y otro es la exploración de los menores, por parte del Juez y el Fiscal. Es en este segundo proceso donde queremos incidir.

Esta semana, hemos podido contemplar cómo una niña de 14 años entraba para realizar la exploración del Juez y el Fiscal. La menor entró tranquila teniendo claro que no quería estar con uno de los progenitores, pues le generaba angustia. Tanto es así, que la menor acude a un psicólogo con el fin de paliar la sintomatología de ansiedad que padece al estar con su progenitor.

Al salir de dicha exploración, la menor estaba derrumbada, llorando sin cesar y verbalizando, que el Juez le había dicho que no percibía una angustia tan extrema como para no estar con uno de sus progenitores. Al ver esta situación nos planteamos la siguiente pregunta: ¿qué es necesario que exprese en una exploración corta un menor para considerar determinadas cuestiones?

Desde el punto de vista psicológico, y de cualquier persona, el contemplar el llanto desgarrador y el ataque de ansiedad de esa niña, a la que la iban a obligar a acudir con uno de sus progenitores, creo que es más que suficiente para poder valorar la angustia que presenta.

El obligar a un menor de 14 o 15 años a acudir con uno de los progenitores es algo totalmente contraproducente, pues pueden generar comportamientos negativos hacia ese progenitor e incluso llegar a escaparse cuando debe ir con el mismo.

Es por este motivo, que debe prevalecer el interés superior del menor y sobretodo su estabilidad psicológica, pues el hecho de haberle escuchado y no haberse tomado en cuenta su opinión y deseo, puede propiciar mayores síntomas de ansiedad y frustración, además de rabia. Cabe mencionar que, unos menores de esas edades, generalmente, tienen la suficiente madurez como para poder expresar que es lo que desea y cómo le afectan determinadas cuestiones.