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Ángel Gabilondo: "¿Que si Vox es franquismo?... algo de eso hay"

Por MDO
martes 16 de abril de 2019, 10:31h
Ángel Gabilondo: '¿Que si Vox es franquismo?... algo de eso hay'
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(Foto: Kike Rincón / Mdo)
Presume de poseer "el coraje de ser moderado" y se define como un hombre tranquilo, "que no quiere decir pasmado", apostilla. Ángel Gabilondo (Donosti, 1949) es padre, marido, catedrático de Metafísica, exrector de la Universidad Autónoma de Madrid, exministro de Educación y portavoz del PSOE en la Asamblea en los últimos cuatro años. Ahora repite como aspirante a la Presidencia de la Comunidad en las elecciones del 26 de mayo, "su primera y única opción", y se siente "activo". Tanto que, además de correr entre ocho y diez kilómetros todos los días, aprovecha su visita a la Gran Vía para matar dos pájaros de un tiro: una doble entrevista, incluida una visita a la Terraza que dirige el presidente editor de Madridiario, Constantino Mediavilla. Con él, enmienda la plana a su jefe, Pedro Sánchez, al ser partidario de protagonizar debates en los medios públicos. No cree que vaya a haber segunda vuelta en las elecciones y aboga por recuperar la confianza de los votantes comprometiéndose con ellos a cumplir las medidas de un programa que aún se está pergeñando pero cuyo último objetivo ya está claro: Gabilondo quiere combatir la desigualdad en la Comunidad.

Entrevista: Constantino Mediavilla / Paula Díaz; Fotos: Kike Rincón

Acaba de comenzar la campaña de las elecciones generales y Pedro Sánchez es el único candidato que no la estrenó en Madrid, sino en Sevilla. ¿Se debe a su intención de ofrecer una imagen de reencuentro con Susana Díaz o lanzar un mensaje para que en el resto de España no ocurra como en Andalucía, donde gobiernan PP y Ciudadanos con el apoyo de Vox?

Hay muchas lecturas. También puede leerse como que en esta corriente recentralista que algunos quieren defender, señalar que España es todas sus autonomías y, por tanto, la campaña se puede empezar en cualquier lugar y no necesariamente en Madrid.

¿Pero teme la irrupción de Vox y su crecimiento en las encuestas?

No, no es temor lo que siento. Y si lo siento no es por mí, sino por España y por Madrid. Es un partido que defiende propuestas fuera de la Constitución como la eliminación de las autonomías, que tiene dificultad para encajar con las leyes de igualdad, que tiene concepciones de la vida y de la sociedad distintas de las que compartimos muchos y que tienen que ver con personas que vienen de otros países u otras tantas cosas. Hablar con todos está bien, pero dentro de las leyes. Y la supresión de las autonomías no está dentro de la Constitución, como tampoco lo está el derecho de autodeterminación. Ésos son mis límites: la Constitución.

Ha citado la igualdad y su número dos es Pilar Llop, delegada del Gobierno para la Violencia de Género. ¿Teme que la llegada de Vox suponga un retroceso en esta materia?

A Pilar Llop no la tenemos que comparar solo con Vox, sino también con el número dos del PP en Madrid [David Pérez, alcalde de Alcorcón], que también tiene un perfil distinto en lo que tiene que ver con asuntos de género. El mensaje que lanza Pilar Llop es muy claro: para nosotros esto es una absoluta prioridad. El discurso de igualdad en todos sus extremos y el de la lucha contra la violencia de género no es uno de nuestros asuntos, es un asunto central. Y quien no haya entendido que el discurso de las mujeres marca de forma determinante la sociedad, no ha entendido nada.

Su hermano, el periodista Iñaki Gabilondo, considera que "Vox es el franquismo". ¿Está de acuerdo con él?

Desde luego, algo de eso hay. Pero él está hablando también desde una experiencia que hemos sentido, habitando en una ciudad, en un contexto y una sociedad determinada en la que hay una serie de valores en los que hay coincidencias. Yo no diría exactamente esa expresión, pero entiendo muy bien que se pueda decir.

¿Y qué opina de Ciudadanos, del veto que le ha impuesto Ignacio Aguado? En esta legislatura, han ido en ocasiones de la mano, como a la hora de aprobar las comisiones de investigación en la Asamblea, pero ahora parece que han roto...

En momentos decisivos no hemos coincidido. Ellos han aprobado los Presupuestos del PP y nosotros, no. En las leyes importantes, PP y Cs han ido juntos. Pero sí, hemos llegado a acuerdos puntuales y no tenemos problema en trabajar asuntos concretos con ellos. Yo nunca excluyo a Cs, son ellos los que excluyen al PSOE. Yo creo que se equivocan, pero eso lo decidirá la ciudadanía.

Albert Rivera también dijo en su día 'No a Rajoy' y acabó pactando con él. ¿Se cree el veto de Aguado o ve posibilidad de entendimiento?

Yo, en principio, creo a las personas mientras no se demuestre lo contrario. Y, si ellos dicen que no quieren acordar con nosotros, supongo que lo dicen de corazón. Pero tendremos que ver qué dice la ciudadanía porque los ciudadanos en las urnas hablan y dicen cosas que hay que saber escuchar y leer.

Hay que hablar con otras fuerzas y usted dice que no excluye a nadie. ¿Eso incluye también a Vox?

Para hablar, sí. Para negociar, ya he dicho que no estoy dispuesto a hablar con nadie que defienda cosas que están fuera de la Constitución, del mismo modo que me parece mal negociar con partidos independentistas... Digo negociar, porque hablar, por ejemplo, si hay que hacer un presupuesto, hay que hablar con todos los que hayan sido elegidos en las urnas.

¿Cree que el problema de Cataluña influye en el voto de los madrileños?

Yo creo que sí, que influye todo en el voto de los madrileños. Madrid se constituye como Comunidad dentro de España y, por tanto, no se puede desvincular ni aislar de los problemas de España, como en este momento es la cuestión de Cataluña. Todos los españoles deberían estar atentos a lo que ocurre, a quienes ponen en cuestión la unidad de España o a quienes creen que en unos territorios debe haber más derechos que en otros. Puede haber derecho a la diferencia pero sin diferencia de derechos.

¿Cómo va a convencer a los madrileños de que le voten ahora que la izquierda está más dividida que nunca y que hasta IU y Anticapitalistas podrían ir por separado de Podemos? [La entrevista se realizó antes de conocerse la noticia de la confluencia de estas formaciones]

Yo creo que acabarán uniéndose IU y Podemos. Pero sí me preocupa que haya tanto fraccionamiento; creo que no es lo mejor para Madrid. Yo trabajaré para unir porque esto es lo que pide la ciudadanía, que ya no vota mayoría absoluta. Por eso convoco a todas las fuerzas que quieran reformar la Comunidad de Madrid para generar riqueza y bienestar distribuyendo con equidad, porque hay mucha desigualdad.

Usted, que es tan partidario del consenso, pasará a la historia, al menos, como el ministro que casi consigue el Pacto de Estado por la Educación. ¿Cree que es viable en esta nueva Legislatura?

Yo me considero como alguien que hizo un acuerdo de Educación que luego no fue firmado. Y sí hace falta un acuerdo educativo, una Ley de Educación y una Ley de Educación Superior en Madrid. Y hay que hacerla muy participadamente desde el primer momento, contando con la comunidad educativa, los agentes sociales, los otros grupos, las familias y los estudiantes. Es muy difícil, hay que hacerlo con mucha paciencia.

¿Pero puede dar tiempo en cuatro años?

Sí, sí. En cuatro años puede dar tiempo. Hay que empezar desde el principio a buscar esos acuerdos. Pero quien dice en eso, dice también en la Ley del Suelo, en la modificación del Estatuto de Autonomía, o en la Ley de Farmacia. No solo hay que cambiar de gobierno, hay que cambiar la forma de gobernar. La sociedad pide que nos pongamos de acuerdo.

Ha dicho que una de las necesidades en Madrid es una ley de Educación Superior. Precisamente, la Ley de Universidades -LEMES- fue una de las cuentas pendientes del actual Gobierno tras el error de Cifuentes en la votación. A usted no le gustaba ese modelo... ¿Qué Ley de Universidades propone?

Hay que definir qué entendemos por Universidad. Hay centros que están muy bien, pero igual para ser una universidad hace falta que tenga una dimensión internacional, una pluralidad de estudios, que tengan una titulación y un reconocimiento investigador y una cierta experiencia de los profesores, que los títulos estén acreditados, etc. ¿Una academia de pisos estupenda puede ser una universidad? Yo creo que no. Lo hemos visto en la propuesta de tres universidades privadas para Madrid, a la que nos hemos opuesto porque creemos que en Madrid no hace falta más universidades, ni públicas ni privadas. Me llama mucho la atención que hay gente que dice que en España hay demasiadas universidades y luego defiende que se pongan más... privadas. Lo que no quieren es que haya más públicas, si no, no entiendo el argumento.

También es necesario un modelo de financiación que garantice la viabilidad de las universidades pero que sea exigente, que evalúe, que pida indicadores. La autonomía de las universidades es también rendición de cuentas.

Con esa rendición de cuentas se podría recuperar el prestigio perdido con el 'caso Máster' y otros escándalos?

Yo creo que no se perdió, pero ha hecho daño. Eso está viéndose judicialmente, pero la Universidad madrileña tiene prestigio. Madrid tiene unas universidades estupendas que son una de las claves del futuro de la región. Madrid tiene tanta capacidad que me da pena que no la hayamos explotado.

En el resto de ciclos de la Educación, Madrid es la Comunidad que más segrega por motivos socioeconómicos, según el último informe de Save The Children, que apunta al aumento desproporcionado de la concertada como una de las causas. Al PSOE se le ha acusado de estar en contra de la concertada. ¿Es así?

El PSOE no sólo no está en contra de la concertada, sino que la propuso el PSOE en España para garantizar la universalización de la Educación cuando se puso la Educación obligatoria desde los 6 a los 16 años. Pero hoy se ha tergiversado la idea de concierto, que se hacía con un colegio existente y no para construir uno nuevo. Si hay que construir centros nuevos, yo soy partidario de que sean públicos. Pero no tengo nada en contra de la concertada. Solo se defiende la pública dando calidad a la pública, no atacando a la concertada. Otra cosa es que no veamos bien que en los Presupuestos Generales de los últimos años se haya incrementado la dotación a la concertada un 13% y no exactamente igual a la pública. Tenemos que equilibrar eso.

Y luego tenemos que abrir el debate sobre la gratuidad de verdad. Porque los centros concertados dicen que son gratuitos pero los centros privados dicen que no. Los que más han denunciado la no gratuidad de la concertada son los privados, que consideran que hay competencia desleal. Los concertados explican que no cobran la enseñanza, sino otros servicios o que hay dotaciones voluntarias. Pero lo que sabemos es que las familias madrileñas se gastan bastante en Educación y Sanidad cuando deberían ser públicas, gratuitas y universales. Esto es un síntoma de que tenemos mucho por hacer.

Hablando de Sanidad, ¿usted revertiría la privatización de los hospitales, como defiende Podemos?

La palabra revertir es complicada porque, económicamente, es muy difícil de ejecutar. Y hay que tomar decisiones que se puedan ejecutar. Por tanto, estando de acuerdo con esa propuesta, lo que quiero, sobre todo, es que se cumplan los contratos. Ya sería completamente transformador que se mirara con cuidado qué contratos tienen esos centros que tienen la gestión privada y ver si se están cumpliendo y en qué condiciones.

¿Con quién preferiría gobernar, con el Podemos de Isa Serra o con el Más Madrid de Íñigo Errejón?

No me planteo esto de esta manera. Veremos qué dice la ciudadanía. Yo lo único que digo siempre es que no me gustan los extremismos porque son involucionistas y solo producen retroceso. Lo que hay que ser es coherente y solvente y tener proyectos para producir esa transformación. Hay que tener equipos para resolver problemas, no para ver quién tiene más razón. No sé. Lo que hay que ver es qué proyectos se pueden hacer con cada uno de ellos. ¿Quién de los dos es extremista? ¿Alguno lo es? Pues no lo sé. Pero yo no excluyo a nadie.

¿Qué opina de las últimas leyes aprobadas por la Comunidad, como el Reglamento del Taxi o el decreto de pisos turísticos, por ejemplo?

Pues todas tienen la misma problemática: que no acabamos de entender que las cosas hay que hacerlas por acuerdo entre instituciones y con los afectados. ¿Qué hay que hacer con el taxi? Buscar acuerdos y consensos con todas las asociaciones, no con unas, sí y con otras, no. Hay que proteger al taxi con un reglamento, pero también regular las VTC. Hay que hacer las dos cosas.

Con la Ley del Suelo hay otro problema grande. Claro que es necesaria una Ley del Suelo, pero no podemos dar buena la situación de algunos abusos que se han realizado desde el punto de vista social o ambiental. La Ley de Suelo debería ir ligada a los pisos de protección social. Y todo esto va unido al alquiler y a los pisos turísticos. Las medidas que se han aprobado no acaban de resolver el problema. La Alcaldía propone unas medidas y la Comunidad, otras. Se tienen que poner de acuerdo las Administraciones.

Hablando de comunicación entre Administraciones, ¿cómo ve a Pepu Hernández como candidato al Ayuntamiento?

Pepu tiene ese espíritu, que yo adoro tanto, de conocer los problemas, de estar cerca de los asuntos y de buscar los consensos. A mí esta cultura política me gusta. No le conozco en la gestión para decir cómo le irá, pero yo creo que muy bien. Es muy importante para todos que el Ayuntamiento de Madrid tenga una opción claramente socialista. Lo único que nos queda por ver es qué juego daremos si algún día tenemos esa responsabilidad.

¿Se ha superado dentro del partido que sean dos candidatos independientes?

Yo creo que eso también es bueno. Es un síntoma de la apertura del partido. Los gestos de cerrarse siempre son síntomas de debilidad y los de abrirse, de fortaleza. Y yo creo que está interiorizado que yo soy leal a un proyecto, que sé donde estoy.

El presidente Ángel Garrido acaba de dimitir. ¿Le echará de menos? ¿Cómo ve a Isabel Díaz Ayuso como rival?

El señor Garrido sabe, como político avezado, adaptarse al perfil de la figura que le corresponde. Cuando estuvo de número dos de la señora Cifuentes, supo hacer su papel. Luego se puso en el lugar de presidente y ha hecho de presidente. Y lo ha hecho bien institucionalmente. Yo no comparto su política pero le he respetado y le deseo lo mejor. Hemos tenido una disensión razonable y cordial.

¿Y con Ayuso?

La conozco poco, no recuerdo haber estado con ella manteniendo una conversación. Lo único que leía era los tuits que ponía, más bien atrevidos e incisivos. Pero luego gobernar no es hacer tuits, y sus propuestas e intervenciones no me parecen acertadas. A mí no me parece la candidata más innovadora para las reformas y transformaciones de la Comunidad, más bien propone un modelo de mantenimiento de la regresión. Personalmente no tengo nada que objetarle, solo que las propuestas que hace, en general, no me suelen gustar.

Por último, ¿dejará la Comunidad de Madrid si Pedro Sánchez le propone volver a ser ministro?

Estoy muy comprometido con Madrid. Me debo mucho a Madrid. Madrid me ha acogido y aquí he hecho la persona que soy: he tenido a mi familia, a mis hijos, llevo más de 40 años aquí y si estoy aquí no es para descubrir qué voy a ser de mayor, que ya lo soy, sino para corresponder. No tengo ningún otro plan. Esta es mi primera y única opción. No sé qué será de mí en la vida, pero yo vengo aquí en serio. Y yo quiero ser presidente de la Comunidad de Madrid.

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