El Partido Animalista (PACMA) ha lanzado 'Osona', un documental sobre el impacto que tiene para los vecinos de esa comarca la presencia de mataderos y macrogranjas. "En la comarca de Osona se sacrifican 35.000 cerdos cada día en 5 mataderos industriales. Sólo allí mueren al año 11 millones de animales. Esta actividad no sólo tiene implicaciones éticas, también gravísimas consecuencias medioambientales y sanitarias", denuncian.
'Osona' es un corto documental dirigido por Andrea Gómez y producido por Pacma, que "desvela el impacto que tiene para los vecinos de la zona la presencia de mataderos y macrogranjas. Cuenta con el estremecedor testimonio de los vecinos de la zona que soportan el día a día de la industria cárnica y los perjuicios para su salud, de expertos en medioambiente y de colectivos en defensa de protección animal".
Osona, las perversiones de la ganadería industrial from PACMA TV on Vimeo.
La obra documenta el sufrimiento que padecen los animales destinados al consumo humano, la angustia de los vecinos que deben convivir constantemente con el olor y los gritos de los cerdos o la contaminación del agua que se refleja en los arroyos y en las fuentes de aguas insalubres. "¿Puedes beber agua de las fuentes de tu pueblo?", pregunta la candidata de PACMA al Parlamento Europeo, Silvia Baquero. "No" responde tajantemente uno de los vecinos. En el corto documental se aportan datos de la enorme contaminación de los acuíferos, más de cuatro veces por encima de los niveles recomendaros; así como de la incidencia de cáncer de colón en la comarca.
Pacma denuncia que el de Osona no es un caso aislado. "La instalación de macrogranjas en España ha despertado un amplio rechazo social contra esta industria tan perjudicial para los animales, el medioambiente y las personas. No obstante, el número de macrogranjas instaladas en España ha crecido exponencialmente en los últimos años".
El partido animalista, que no logró representación en las elecciones generales del 28-A, espera conseguirla en las europeas, "ya que es desde la Eurocámara desde donde se dictan las normativas de bienestar y protección animal para instalaciones ganaderas".
"Las administraciones públicas, una vez más, han valorado los rendimientos económicos por encima de los derechos de los animales y los riesgos para la salud. Las licencias de instalación han subido en la misma proporción que los contaminantes que vertemos al medioambiente. Y la situación es ya insostenible", censuran.
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