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Así fue el debate electoral entre los candidatos a la alcaldía de Madrid
(Foto: Chema Barroso / MDO)

Así fue el debate electoral entre los candidatos a la alcaldía de Madrid

jueves 23 de mayo de 2019, 08:35h
El candidato del PP, José Luis Martínez-Almeida, y la número 3 de la lista de Ciudadanos, Silvia Saavedra, lideraron la ofensiva a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, en el debate a 6 que ha tenido lugar este miércoles en Telemadrid. Ambos han utilizado una agresiva estrategia contra la regidora, cuyas intervenciones han destacado por seguir un perfil bajo que ha tenido trazas de enfado cuando ha sufrido interrupciones. Javier Ortega Smith, de Vox, ha decidido moderarse, al igual que Carlos Sánchez Mato (Madrid en Pie), que ante la crispación reinante ha marcado sus mensajes con una actitud relajada. Por su parte, Pepu Hernández (PSOE) ha terminado el debate encendido aunque no ha querido entrar en discusiones con los otros hasta el tercer bloque.

No pierda un minuto criticándome porque es lo que ganan Carmena, Sánchez Mato y Pepu”. El resumen perfecto del debate de los 6 candidatos a la Alcaldía de Madrid que ha tenido lugar este miércoles en Telemadrid -presentado por los periodistas Jon Ariztimuño y María Rey- lo ha explicitado Silvia Saavedra casi al final del mismo. La edil de Ciudadanos, número tres de la lista, ha sido la encargada de sustituir a Begoña Villacís, que ha tenido que ausentarse por problemas de salud 5 días después de parir, y se ha convertido en una de las grandes protagonistas de la cita.

Con un carácter muy agresivo, la actuación de la concejala se ha caracterizado por interrumpir en diversas ocasiones a otros candidatos y, sobre todo, por utilizar todo tipo de cartelería: una foto de la alcaldesa con Carles Puigdemont, un dibujo de la contaminación de Madrid o un póster de Lenin tumbado. Una estrategia gráfica que ha conjugado con un discurso muy parecido al del candidato del PP, José Luis Martínez-Almeida, que ha repetido el patrón que ha venido produciéndose en el Palacio de Cibeles desde hace unos meses: ha liderado con claridad el bloque de la oposición.

Con todo, ambos han logrado apagar el factor Vox. O, al menos, desactivar su radicalismo, pues Javier Ortega Smith ha estado mucho más calmado que ellos. Esto, sin embargo, no ha significado que no se hayan presentado como un grupo conjunto: las principales medidas anunciadas por las tres formaciones han sido casi idénticas.

Todos han sacado en el debate el conflicto catalán, han prometido una lucha severa contra la okupación y el top manta -con, por ejemplo, unidades específicas para “desactivar” ambos problemas- y han abrazado la supuesta existencia de “chiringuitos” políticos, que han protagonizado la campaña del partido de Santiago Abascal. Además, a diferencia de la izquierda, han criticado las cifras de ejecución del Gobierno de Ahora Madrid; han apoyado sin fisuras el desarrollo de las operaciones urbanísticas Madrid Nuevo Norte, Campamento y los del sureste y la cesión de suelo público para que promotores privados construyan vivienda de alquiler; han propuesto el soterramiento de la A-5; y han prometido una bajada “sin precedentes” de impuestos y la eliminación de la plusvalía.

El único punto de fricción entre los tres ha sido la resolución de Madrid Central, pues mientras que Vox y PP han defendido revertirlo y dar alternativas en la corona metropolitana,Cs ha apostado por su “reformulación”, aunque sin concretar las actuaciones previstas.

“Qué imagen estamos dando”

Ante los diversos y continuos ataques, la alcaldesa Manuela Carmena ha optado por dos vías que ha intercalado: una, la negación y, otra, el enfado. Con una actitud cansada, la regidora ha querido adoptar un perfil bajo con el que ha rebatido las acusaciones con datos: reducción de la contaminación en un 6 por ciento, la confianza empresarial en máximos históricos, un 60 por ciento de autobuses ‘eco’ de la Empresa Municipal de Transportes u 800 operarios más limpiando la ciudad.

En este sentido, no ha perdido la ocasión de apenarse por el “frentismo” del ‘bibloque’ y de abroncar a los candidatos del centroderecha por la “imagen” que han dado. “Almeida, sea respetuoso y educado”, “Parece mentira lo poco que sabe respetar los debates” o “Si ni siquiera se deja hablar, qué idea se tiene de la democracia”, han sido algunas de sus frases.

Con todo, la alcaldesa se lleva el consuelo de que sus potenciales socios, los candidatos del PSOE, Pepu Hernández, y de Madrid en Pie, Carlos Sánchez Mato, han evitado la confrontación directa con ella más allá de unos reproches puntuales de su ex concejal de Economía y Hacienda a cuenta de la Operación Chamartín o de su “rendición” ante Cristóbal Montoro. Así, la apuesta directa de Pedro Sánchez le ha echado más de un cable y, a nivel individual, ha esquivado cualquier de ‘cuerpo a cuerpo’ hasta la mitad del debate, cuando Almeida ha intentado sacarle de sus casillas -y lo ha llegado a lograr gracias a Bildu o a los “separatistas”-. A diferencia de Pepu, quien no ha necesitado levantar la voz para marcar sus mensajes ha sido Mato.

El actual edil de Latina y Vicálvaro ha aprovechado el movimiento hacia el centro político de Carmena para marcar un perfil izquierdista -remunicipalización de servicios públicos, reformulación de la Operación Chamartín, control de los precios del alquiler o justificación de la ‘okupación’ de pisos de fondos buitre en casos de emergencia social- con el que prevé conseguir superar la barrera del cinco por ciento de los votos, obtener representación en el Pleno del Ayuntamiento y que las papeletas que coseche Madrid en Pie sirvan para darle continuidad a la opción de la actual alcaldesa y no para arrebatársela, como pasó en los comicios autonómicos hace cuatro años, cuando Luis García Montero se quedó a nada de meter a IU en la Asamblea y hacer presidente al socialista Ángel Gabilondo.

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