El peso de los bancos centrales, especialmente el BCE y la FED sobre la economía y los mercados lleva a que se siga con atención las reuniones, comunicados y declaraciones de sus miembros. Ayer fue un día intenso en este sentido. En Frankfurt, con la participación del presidente del BCE en el coloquio “Política monetaria en una Unión Monetaria incompleta” donde señaló que “desde hace mucho tiempo hemos llegado a un punto muerto sobre cuestiones clave, como la unión bancaria y la profundización de la política fiscal”. El encuentro servía de homenaje al economista jefe del BCE que, tras 8 años, dejará su cargo el 31 de mayo, anticipando el final de Draghi como presidente el 31 de octubre, y cuyo relevo podría generar incertidumbre.
La Fed publicó las actas de la reunión del 1 de mayo, en las que se reiteran el posicionamiento es de ser pacientes a la hora de modificar la política monetaria en ninguna dirección. En esta misma línea se manifestó ayer el presidente de la Fed de Nueva York, señalando que los tipos de interés están en el lugar correcto, dada la fuerte economía y las presiones inflacionarias "esencialmente inexistentes". Otros miembros como el presidente de la Fed de San Luis y el de la Fed de Chicago manifestaron su preocupación por no alcanzarse el objetivo de inflación, apuntando que una debilidad de la inflación podría llevar a recortar los tipos de interés, incluso aunque la economía muestre un crecimiento sostenido.
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