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Así jugará Vox sus cartas para intentar entrar en los Gobiernos de Madrid
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(Foto: Vox)

Así jugará Vox sus cartas para intentar entrar en los Gobiernos de Madrid

Por MDO
martes 28 de mayo de 2019, 08:06h
Perdieron la mitad de votos con respecto a las elecciones generales del 28 de abril, pero sus resultados en escaños les han permitido crecerse en Madrid. Los candidatos de Vox en la Comunidad y el Ayuntamiento de la capital, Rocío Monasterio y Javier Ortega-Smith, respectivamente, exigirán un asiento en los Ejecutivos de la Puerta del Sol y el Palacio de Cibeles tras haberse vuelto decisivos para que gobiernen las derechas. Otra cosa es que PP y Ciudadanos puedan permitirse revalidar la cuestionada foto de Colón.

(Javier López / Paula Díaz)

La aritmética electoral ha sonreído a Vox en la Comunidad de Madrid. Pese a perder la mitad de los votos cosechados en la región respecto a las pasadas elecciones generales del 28 de abril y ser la última fuerza en el Ayuntamiento y la penúltima en la Asamblea, el partido ultra será decisivo en la formación del Gobierno autonómico y capitalino. Con esa baza es con la que presentan ahora sus credenciales y sus ansias a futuro, que pasan por entrar en esos Ejecutivos. Otra cosa es que PP y Ciudadanos, cuya foto de Colón fue más que cuestionada, les permitan exigir sillones cuando lo mejor para la imagen de ambos es mantener, como mucho, el llamado pacto a la andaluza.

En el plano autonómico, tanto los populares como los naranjas reconocían en privado sus deseos de sumar lo suficiente para no tener que pactar con los de Rocío Monasterio. Pero el resultado de las urnas les deparó otro futuro menos ideal. Isabel Díaz Ayuso podrá convertirse en presidenta de la Comunidad y mantener, así, uno de los feudos del PP de color azul. Pero sus 30 escaños, sumados a los 26 de Cs, no son suficientes para lograrlo. Necesitan los 12 de Vox.

Ignacio Aguado, por su parte, prometió no gobernar con "extremos" en campaña, por lo que esta cuestión podría enfriar las expectativas de Vox. No obstante, la portavoz nacional de la formación, Inés Arrimadas -que, además, presidirá el Comité Electoral que negociará los pactos en toda España- ya ha adelantado que ahora toca pensar "en el interés de los ciudadanos" y no en el del propio partido. Justo el mismo argumento que usó en su día Albert Rivera para cambiar su no a (Mariano) Rajoy por un sí. Él lo hizo "por España", para ofrecer "estabilidad" y para que no se repitiesen, por tercera vez, las elecciones.

Ayuso -y, por ende, su jefe, Pablo Casado- está en su propia encrucijada. Por un lado su pretendida "vuelta al centro" tras la debacle de las generales -en las que la táctica de ser más extremos que Vox fue castigada- le impide pactar con quienes les roban votantes por la derecha. Por otro, precisamente su intención de volver a aglutinar al centro y a la derecha en un solo partido podría dar una oportunidad a Monasterio: la "capacidad de negociar" con unos y otros también sería una buena publicidad para los populares.

De hecho, en el PP han vuelvo a dejar este lunes la puerta abierta a ambas opciones. El presidente nacional del partido ha dejado caer que "el pacto a la andaluza -es decir, un gobierno de PP y Ciudadanos con el apoyo externo de Vox- se puede exportar a otras comunidades". Por otro, la candidata a ocupar la Puerta del Sol no ha desvelado sus intenciones. Preguntada en la Cadena Ser sobre si Vox entrará en su Ejecutivo, Ayuso respondió: "¿Y si no queda otro remedio?". Después, matizó que primero hablará con su "socio preferente" -Cs- y luego se reunirá con Monasterio para ver a qué se enfrenta. Después, "se verá", dejó Ayuso en el aire.

Por su parte, el coordinador de campaña y diputado en el Congreso de la formación verde, Iván Espinosa de los Monteros, no ha dejado lugar a dudas. Para él, Vox ya ha sido suficientemente "generoso" al permitir gobernar a otros con su apoyo sin pedir nada a cambio y es hora de que sus votantes obtengan el "respeto" que se merecen. Por ello, exigirán entrar en los gobiernos allá donde son decisivos. Monasterio, por su parte, incidió en la misma idea: pedirá asientos en el Consejo de Gobierno.

No obstante, el misterio seguirá tiempo sin desvelarse. La Asamblea de Madrid se constituye el martes 11 de junio, pero ello no significa que ese día se vayan a despejar todas las incógnitas. Es más, según la ley electoral, tras una posible primera votación de investidura que resulte fallida, los diputados tienen hasta dos meses para negociar los flecos de la formación de Gobierno.

Todo será mucho más apresurado en el plano municipal, ya que el día 15 de junio se conformará el Ayuntamiento y se nombrará al alcalde, una situación que puede facilitar las negociaciones. El candidato con más opciones de ser elegido, el popular José Luis Martínez-Almeida, se reunirá este mismo martes con su Grupo Municipal -integrado por quince concejales- para, inmediatamente después, tender puentes con Ciudadanos y con Vox.

Con la formación de Begoña Villacís no parece que vaya a haber ningún problema. Durante toda la campaña, los reconocimientos han sido mutuos. Además, comparten una gran parte de su programa y ambos han realizado una oposición conjunta a la regidora saliente, Manuela Carmena, desde el mismo momento en el que se hizo con el bastón de mando allá por 2015. Esta 'alianza' se hizo todavía más visible en el debate entre los seis candidatos cuando la sustituta de Villacís, Silvia Saavedra, replicó a Almeida que atacarse entre sí les distraía de ir a por Carmena. De hecho, los dos políticos demostraron este lunes su buena sintonía en el programa Com Permiso. Los dirigentes reflejaron su buena disposición para llegar a un acuerdo de gobierno y que Ciudadanos entre a formar parte de la ejecutiva municipal.

Por eso, es fácil antojar que el pacto entre los dos será algo sencillo. En este punto, será Vox quien tenga mucho que decir. Como se ha comentado anteriormente, sus aspiraciones de entrar en el Gobierno autonómico son claras y el candidato municipal Javier Ortega-Smith no ha sido tan claro como su homóloga en la Comunidad, Rocío Monasterio.

En su celebración de los resultados, no habló de sus posiblidades de tocar concejalía alguna y se limitó a recalcar que habían cumplido su "promesa" de acabar con "la izquierda sectaria". "Igual que en Andalucía, prometimos que sacaríamos a la izquierda sectaria del Ayuntamiento de Madrid y lo hemos conseguido", dijo entonces.

Sin embargo, el pacto andaluz es el que puso Santiago Abascal como ejemplo de lo que no harán ahora. El líder nacional del partido ya ha advertido de que no aceptarán que Ciudadanos evite sentarse con ellos y que exigirán que sus socios naturales sean "respetuosos y flexibles", unas declaraciones que Almeida ha respondido certificando que no tendrá "problemas" en hablar de cargos.

Una alternativa poco viable pero válida

Con todo, es cierto que Ciudadanos aún puede explorar otra vía que, aunque se antoja casi imposible, sería viable en números. Con el PSOE y Más Madrid formarían una alternativa a las tres derechas tanto en la Comunidad como en el Ayuntamiento, aunque Ignacio Aguado ya vetó investir a Ángel Gabilondo y Begoña Villacís ha sido muy dura con todas las acciones de la plataforma de Carmena. Ante esto, es posible que esa opción tan solo la usen para presionar al PP y no dar así poder a Vox, cuya presencia puede ser incómoda para un partido que se dice de centro. Nada está escrito aún.

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