La semana comenzó con la publicacion de los datos de PIB de China. En el segundo trimestre el crecimiento económico se desaceleró al 6,2% desde el 6,4% del primer trimestre, lo que supone el ritmo más bajo de crecimiento desde 1992. El descenso es consecuencia de la reducción, tanto de la demanda interna como externa, debido a las tensiones comerciales que ha sido uno de los factores que más ha influído en la desaceleración económica, incrementado las posibilidades de que las autoridades chinas puedan adoptar en los próximos meses nuevas medidas para impulsar el consumo y la inversión.
Además también se publicaron los datos de producción industrial y las ventas al por menor de junio, y en ambos casos han mostrado una leve mejora. Otras economías asiáticas como Singapur anunciaron el viernes que su PIB se contrajo en el segundo trimestre un -3,4%, el mayor descenso desde 2012, frente al +3,8% registrado en el primer trimestre. Sigapur, al igual que Corea del Sur, cuyo PIB se contrajo un -0,4% en el primer trimestre, son países que sirven de referencia de la demanda mundial debido a su gran dependencia del comercio exterior.
En Europa, el Ministerio de Economía de Alemania dijo ayer que la actividad industrial es débil y que los datos recientes muestran un crecimiento más lento en el sector servicios, añadiendo que el país experimentaría una desaceleracion general en el segundo trimestre.
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