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¿Qué trama el PSOE?: un calendario acuciante, agosto de por medio y un CIS estimulante
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(Foto: PSOE)

¿Qué trama el PSOE?: un calendario acuciante, agosto de por medio y un CIS estimulante

miércoles 31 de julio de 2019, 08:42h

Despedimos el mes de julio y pronto una semana en la que no ha habido avances desde que el pasado jueves fracasase la investidura de Pedro Sánchez en el Congreso. Desde ese día 25 no ha habido novedades respecto a los planes que estaría planteando sobre la mesa el PSOE para asegurarse continuar en el Gobierno.

De por medio se encuentra una cuenta atras en un calendario acuciante, el mes de agosto de por medio y ayer un barómetro del CIS que estimula la idea de someterse a nuevas elecciones. Pero... ¿qué trama realmente el PSOE y qué posibilidades tiene?

Vamos a analizar las 4 salidas posibles: La gran coalición, la 'gran abstención', el pacto 'imposible' con Podemos y la repetición de elecciones.

1.- La gran coalición

Que el PP llegue a un pacto con el actual PSOE es algo totalmente descabellado, pero algunos se niegan a apartar esta alternativa entre las opciones válidas sobre la mesa. En Génova tienen claro que con Pedro Sánchez no habrá pacto ni para tomarse un café, pero el eterno juego de rivalidad entre los dos grandes partidos nacionales tiene más de teatrillo que de enemistad real. Todos tienen en su cabeza pactos de Estado cuando son precisos, como el Pacto Antiterrorista, el Pacto de Toledo por las pensiones, la reforma del artículo 135 para poder limitar el déficit vía Constitución, la aplicación del 155 en Cataluña... Son muchos los precedentes, pero el PP de Pablo Casado basa su estrategia en cargar contra el socialismo, así que ni pactará ni facilitará un gobierno del PSOE con su abstención.

2.- La 'gran abstención'

Hablando precisamente de abstenciones, pasamos de la mítica 'gran coalición', inspirada en Alemania y que nunca ha tenido lugar en España, a la 'gran abstención', que se basa en que el PSOE pide a PP y Ciudadanos que permitan desbloquear la legislatura con su abstención para que así Sánchez pueda formar gobierno. Luego ya no pide más lealtad, y ambos partidos podrán hacer con total libertad su papel de oposición habitual. No es algo decartable, sin llegan más presiones interancionales, aunque la amenaza de perder su actual estatus en caso de nuevas elecciones no asusta demasiado a conservadores y liberales, que insisten en no dar facilidades al PSOE. Más difícil es conseguir esa abstención en las filas de Ciudadanos, donde se ha hecho lema esencial del partido luchar contra el 'sanchismo'.

3.- El pacto 'imposible' con Podemos

Después del reciente fracaso de las negociaciones con Unidas Podemos, sobre todo con el partido clave en esa coalición electoral, el de Pablo Iglesias, pocas esperanzas hay de un entendimiento a tiempo. Carmen Calvo insistió ayer martes en que ya no habrá ofrecimiento para un gobierno de coalición, tras ofrecer a los morados hasta 3 ministerios y una vicepresidencia social encarnada por Irene Montero. En el PSOE creen que ya se hicieron demasiadas cesiones la pasada semana para lograr sacar adelante la investidura y no toca seguir bajando al barro de unas negociaciones con Podemos, sobre todo porque consideran que desgastan su autoridad, legitimada en el hecho de que el PSOE fue la lista más votada y dobla al siguiente partido más apoyado, el PP. De momento, los plazos están marcados: el 23 de septiembre tiene que haber Gobierno o se disolverán las Cortes.

4.- La repetición de elecciones

Es la última vía para salvar la situación pero supone pasar página y tirar a la basura la actual legislatura. El PSOE sabe que en las urnas se verá beneficiado, con más o menos exactitud respecto a lo que indican los barómetros del CIS, muy optimistas para el Gobierno en funciones socialista, pero el coste social de repetir elecciones es algo que asusta en Ferraz. No todos los miembros del partido tienen claro que salgan únicamente beneficiados de las urnas y, además, supone retrasar más los plazos, afrontar otra campaña que desgasta y cansa a todas las partes. También está el sentido de Estado: las presiones internacionales para que haya ya un gobierno estable son enormes desde Europa, donde sigue el reparto de autoridad y prestigio tras el reparto de puestos en las instituciones, y ahí Sánchez no quiere estar representado como un presidente en funciones, interino o temporal. Además, se es consciente del daño que se está haciendo al país retrasando la presentación de Presupuestos y preocupándose de otras tareas de financiación, como la autonómica.

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