Juan Mayorga, reciente académico de la Lengua, firma el texto que le sirvió también para dar el salto a la dirección escénica y que está lleno de matices, pensamientos y sabias palabras sobre lo humano y lo divino. Se trata de ‘La lengua en pedazos’, que hace unos días pudo verse en el Festival de Almagro, y que el martes 30 de julio pasó también por Madrid, por el Corral Cervantes, instalado en plena Cuesta de Moyano durante estos meses. El montaje viene de México y corre a cargo de la Compañía Nacional de Teatro, bajo la dirección de Diego Álvarez Robledo, y con dos fabulosos actores en escena: Mariana Giménez (Teresa de Ávila) y Rodrigo Vázquez (el inquisidor Salazar).
Mayorga inventa un hipotético encuentro entre la santa de Ávila y un inquisidor –encuentro este que nunca existió en realidad-, para enfrentarlos dialéctica y personalmente sobre temas tan profundos como Dios, la religión, el poder en la Iglesia Católica, el demonio, la ética y la moral personales, el misticismo, y la expresión más honda de todo eso a través del lenguaje, de las palabras más sinceras, íntimas y sentidas de la santa de Ávila.
Partiendo del Libro de la vida de Teresa de Jesús (1515-1582), y de sus cartas, Mayorga construye un texto lleno de fuerza, claro y respetuoso con la vida y las ideas de Santa Teresa, que estuvieron asediadas por enormes dificultades, ya que fue acusada de infidelidad contra la Iglesia, de vanidad por querer fundar una orden religiosa propia –la de las Carmelitas Descalzas-, e incluso, por haber tenido una juventud no precisamente ejemplar antes de hacer los votos religiosos. Aunque la obra no constituye una exégesis de la doctrina católica, sino más bien, una lección de ética general y de honestidad con uno mismo.
En la versión de ‘La lengua en pedazos’ que dirige Álvarez Robledo, hay en realidad un tercer personaje, la música de Edwin Tovar, interpretada en directo por el autor sobre el mismo escenario (fundamentalmente percusión, pero también algo de viento…), que pronuncia e intensifica los estados de ánimo de la santa y del inquisidor, enfrentados en pleno convento de San José por dos visiones diametralmente opuestas de Dios y la religión: una, la de Teresa, que busca a Dios en las cosas más sencillas de la vida (“Dios está entre pucheros”), y otra, la del Inquisidor Salazar, legalista y pejiguero, que tiene un concepto de Dios más próximo a la letra de la ley que a una vivencia mística, profunda, sentida y sincera.
En medio de una ambientación estupenda, que incluye los olores propios de quien no descuida que el puchero hierva en los fogones del convento, las interpretaciones de Mariana Giménez y Rodrigo Vázquez son memorables. Los dos actores mexicanos dotan de una energía intensa y sobrecogedora a sus personajes y embarcan al público asistente en una aventura teológica y moral de una mujer del Siglo de Oro que muy pronto sería canonizada y que cuatro siglos más tarde, sería también reconocida como Doctora por la iglesia católica, en particular, y como una eminente filósofa, poeta, mística y teóloga, por el mundo de la cultura en general.
‘La lengua en pedazos’
Autoría: Juan Mayorga
Un montaje de la Compañía Nacional de Teatro (México)
Dirección Artística: Enrique Singer
Dirección y dispositivo escénico: Diego Álvarez Robledo
Reparto: Mariana Giménez, Rodrigo Vázquez y Edwin Tovar
Diseño de iluminación: Patricia Gutiérrez
Diseño de vestuario: María y Tolita Figueroa
Música original: Edwin Tovar
Movimiento escénico: Alan Uribe Villarruel
Concepto artístico: Mariana Giménez y Diego Álvarez Robledo
Producción residente: Paloma de la Riva
Producción ejecutiva: Trama & Drama, Vestuario y Producción, S. A. de C. V.
Asistente de dirección: Daniela Luque
Operación en gira
Coordinación de Operación: David Lynn
Coordinación de planeación y programación: Francis Palomares
Dirección técnica: Kay Pérez
Coordinación de gira: Luis Rivera Mora
Operación Técnica: Melisa Värish, Liliana Figueroa Vizzuett y Violeta García
Corral de Cervantes, Madrid
30 de julio de 2019
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