Tercer verano sin piscina en la Colonia del Manzanares de Madrid

Tres veranos sin piscina. Los vecinos del barrio de Manzanares, en Moncloa, han tenido que asumir que este verano tampoco podrán burlar las altas temperaturas de la época en su piscina pública, que acumula desde su cierre, en febrero de 2017, un catálogo eterno de deficiencias.

Fue en ese invierno de hace dos años y medio cuando se procedió al cierre del Centro Deportivo Municipal José María Cagigal, en el número 22 de la calle Santa Pola. El motivo: filtraciones y goteras derivadas del mal estado de la tubería de llenado de la piscina cubierta del polideportivo.

En un principio, se licitaron unas obras con un plazo de seis meses, puesto que el proyecto consistía en subsanar pequeñas deficiencias que solucionaran los problemas de humedades y fugas de agua. Sin embargo, una vez arrancados los trabajos, el recinto arrojó "problemas estructurales", según relata a Madridiario Alberto Sánchez Colomo, presidente de la asociación de vecinos Colonia Manzanares.

Falta de mantenimiento

La instalación deportiva se construyó hace ahora 50 años (1969) y contaba, antes de su cierre, con una piscina de verano, otra cubierta, cinco pistas de tenis y un gimnasio, entre otros servicios. A finales de los ochenta (en 1987), este centro, propiedad de la Comunidad de Madrid, pasó a estar gestionado por el Ayuntamiento. Empezó entonces, según denuncian los vecinos, una dejadez en las labores de mantenimiento que fue dando lugar a pequeñas averías.

Treinta años después, en 2017, el Consistorio de la capital incluyó el José María Cagigal en su plan de remodelación de los polideportivos municipales. Cuando las máquinas entraron en el centro, salieron a la luz deficiencias más graves de las manifiestas a primera vista. "Había que acometer una reforma estructural", explica Sánchez Colomo. Tanto, que se terminó optando por derribar la edificación casi al completo y empezar de cero.

La actual concejala delegada de Deportes del Ayuntamiento madrileño, Sofía Miranda, reconoció a principios del verano que, debido a un "problema estructural", la obra "ha tomado más tiempo de lo esperado".

Un fallo de cálculo

Los vecinos denuncian que ese fallo de cálculo y unos informes erróneos en el iniciohan provocado retrasos en las obras que, de haberse abordado el problema de forma integral desde el principio, no hubieran dejado ya tres veranos sin piscina a los residentes de Manzanares y alrededores.

El complejo deportivo da servicio a una población potencial de unas 10.000 personas del barrio, aunque era utilizado por gente de zonas colindantes, en especial durante el verano, atraídos precisamente por la piscina.

"Si en su día hubieran hecho un estudio detallado no estaríamos hoy así", lanza el portavoz de la asociación vecinal. Para Sánchez Colomo, el problema real -y generalizado- radica en que las empresas que ganan las licitaciones públicas presentan, casi siempre, unos plazos acelerados que no se pueden cumplir.

En 2020 habrá chapuzón

El portavoz de los vecinos explica que durante la primavera hubo un rayo de luz que ha terminado, de nuevo en sombra (y calor asfixiante). El Ayuntamiento puso encima de la mesa la posibilidad de abrir de cara la temporada de verano la piscina al aire libre, aunque el resto de instalaciones siguieran en obras. Es la solución que ya se ha tomado en otros centros deportivos tomados por las máquinas, como en el caso de la piscina de Lago. Sin embargo, las obras tampoco han llegado a tiempo para eso y el recinto permanece, en su totalidad, cerrado a cal y canto.

La buena noticia es que parece que este sí será el último verano que los vecinos de Manzanares se quedarán sin chapuzón en su barrio. Según han confirmado a Madridiariofuentes del Área de Obras y Equipamientos del Ayuntamiento, está previsto que las obras finalicen en "el primer trimestre de 2020", por lo que las instalaciones estarían operativas para la próxima temporada de piscina.